╚» El internado «╝(Satzu)

Capítulo 23.

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Este capítulo contiene momentos heterosexuales, si no gustas de este tipo de "porno" puedes omitir leer.

Una vez que aquellas dos jóvenes terminaron de follar, la mayor fue a por su siguiente presa: El subdirector. Por su mente pasaban las cosas que le iba a decir con tal de que la rompiera en dos, tal y cómo había hecho con su compañera de cuarto Somi.

Caminó hacia la oficina y tocó la puerta. Espero pacientemente hasta que por fin él abrió.

-Adelante Interna, ¿es usted nueva aquí? No la había visto antes. -Preguntó, Sana sonrió tímidamente mientras entraba a la oficina.

-Sí señor director. Entré hace unos meses. Soy de la habitación 38B. -Sana tomó asiento.

-¿Y qué desea Señorita? Todas las demás están en el comedor. Me extraña que usted no esté allá. -Dijo mientras caminaba y se sentaba en un gran sillón que estaba cerca de donde Sana estaba sentada.

-Mire señor director, seré directa y clara.
Deseo que me folle, desde que entré aquí y lo vi no he parado de pensar en usted dentro de mí, usted comiendo cada parte de mi cuerpo, usted lamiendo mi coño, simplemente ya no aguanto más. -El subdirector la miró con los ojos como platos, Sana parecía una niña buena e inocente... Pero no siempre hay que llevarse de la portada del libro.

-¿Qué dices niña? ¿Estás loca? ¿Cómo voy a hacer semejante cosa contigo? Tengo una esposa, la dueña de todo esto y debo respetarl... -No pudo terminar de hablar porque Sana lo calló. -Respetarla ni que coños, si he visto cuando tenías un trío con Somi y tu esposa... Y también sé cuando follaste con Nayeon.

El director se puso nervioso, pero se puso aún más nervioso y sorprendido cuando Sana se paró de su asiento, caminó hacia él y se sentó en sus piernas. Esta niña quería jugar y él quería participar en aquel juego. Total, ya no tenía vuelta atrás, si no hacia nada probablemente Sana lo hubiera amenazado... Y si que estaba en lo correcto.

-Maldita sea. Está bien. Cómo quieras... Espero que mañana no estés arrepentida y que puedas caminar.

Sana sonrió aún sentada en sus piernas y comenzó a besarlo. Mientras se besaban, Sana comenzó a mover sus caderas... De alante a atrás y de un lado a otro, sonriendo cuando sintió algo duro presionar contra su pantalón. Dejó de besar a Jay para quitar su camisa y comenzar a repartir besos por todo su tonificado abdomen. Sana mordió sus labios. Bajó hacia la creciente y notable erección y comenzó a acariciarle por encima del pantalón. Jay posó sus manos en el cabello de Sana, recogiéndolo, Sana bajó finalmente los pantalones y cuando vió aquella jugosa, grande y parada cosa que esperaba por ser comida mordió fuertemente sus labios y sonrió. Comenzó con su trabajo... Comenzó a lamer y a chupar el glande, luego, fue bajando poco a poco hasta tragarlo casi entero, obteniendo un gemido por parte de Jay. Y luego de una vez por todas comenzó a bajar y subir su cabeza a un ritmo muy bueno, tragó entero aquél falo. Jay aún teniendo su cabello entre sus manos hizo que Sana se tragara aún más su polla... Sana estaba feliz y muy mojada... Quería más. Jay se corrió y Sana se lo tragó todo.

-Mierda... Eres una pequeña zorra.

Luego de aquél comentario Sana lo miró a los ojos y lamió de nuevo su pene para luego pararse y comenzar a quitarse la ropa. Jay completó el trabajo, la sentó en el escritorio que tenían delante y comenzó a comerse su coño... Sana gemía y gemía. Tenía los ojos cerrados. Estaba a punto de correrse pero...

-¡Sana! -Sana abrió sus ojos y sintió como rápidamente Jay se quitaba de sus piernas. Miró hacia la puerta, ya que de ahí venía el sonido y vio a Tzuyu con los ojos cristalizados mirándola fijamente...