╚» El internado «╝(Satzu)

Capítulo 30.

Varias semanas habían pasado desde que pasó el acontecimiento que rompió a Sana. Sana de por sí, por cuenta propia, había decidido cambiar, pero lo que pasó sólo hizo que realmente quisiera cambiar la horrible persona que era. Eso sólo aumentó el sentimiento.

Las chicas siempre estuvieron ahí para a ella. Nunca la dejaron. A pesar de todo lo que Sana hizo en un pasado. Siempre la sostuvieron. Total, Sana sabía que llorar por ellos no los traería de vuelta.

Por otro lado Tzuyu no estaba ni muy apegada, ni muy distante con Sana. Todo estaba en un punto intermedio. Y esto estaba más que bien, y por otro lado: Sana la había invitado a una cita, y un corto tiempo hacerle la sorpresa.

°
Ya era de tarde, ya era tiempo de ir a recoger a mi dama.

Cuando salgamos de aquí prometo llevarte a todos los lugares del mundo, Tzuyu. Sé que acabaremos juntas, eres mi alma gemela. Perdón por todo y tan poco, y gracias por tanto.

Cuando llegué a su habitación toqué y ella salió de inmediato. Aunque solo llevábamos el uniforme, ella estaba preciosa, como de costumbre.

–Estás preciosa. –La miré tiernamente. –Gracias. –Murmuró y me regaló una pequeña sonrisa. Sentí esa sonrisa directo como un disparo a mi corazón.

Comenzamos a dirigirnos hacia el lugar donde iba a ser la cita. Tenía pensando hacerla en nuestro lugar.

Quiero arreglar todo, quiero saber sus sentimientos, quiero que hablemos. Aunque sé que no obtendré su perdón tan fácil.

–¿A dónde vamos? –Preguntó. Ella no sabía, solo le dije que teníamos una cita. Nunca mencioné el lugar.

–A nuestro mágico lugar, ¿lo recuerdas? –Tomé su mano, ella no la alejó. Eso me hizo sentir feliz. Y luego, ella asintió.

Cuando llegamos, me fije en que nadie estuviera cerca, por fortuna, no había nadie. Así que entramos, y nos sentamos cerca de la ventana.

–Primero que todo pido disculpas por no tener una manta y comida como en esas típicas citas, pero bueno, algo es algo. Espero que te sientas cómoda. Porque yo si lo estoy, tu compañía me hace sentir así. Y segundo, muchísimas gracias por aceptar la propuesta, tuve temor de que me rechazaras pero aquí estás. –Sonreí.

–De hecho, si te iba a rechazar. –Murmuré un "oh" y ella continuó. –Pero supongo que todos merecemos ser escuchados y merecemos una segunda oportunidad. Y no es nada, Sana.

Miré por la ventana, y el cielo estaba hermosa, como Tzuyu.

–Mira el cielo, está hermoso ¿verdad? Está igual de hermoso que tú.

Ella lo miró, luego me miró a mí y se sonrojó.

–Bien, te invite también para arreglar las cosas, me gustaría ser escuchada y me gustaría escucharte. No pretendo que me quieras de un día al otro, pretendo que poco a poco me vayas tomando confianza. ¿Bien? –Tzuyu asintió. –Primero que todo pido disculpas por todo lo que te hice pasar, por todas esas veces en las que te hice sentir mal y lloraste por mi culpa. Admitiré que cuando te conocí, te vi tan vulnerable e inocente que de inmediato llamaste mi atención, pero solo te veía como un juego. Pido disculpas por eso, toda mi vida siempre ha sido así, no me enseñaron a amar, a excepción de ti. Te juro que amo cada centímetro y parte de ti, Tzuyu. Me enseñaste a amar, pero me di cuenta demasiado tarde.