A de Ángel

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Cuando Will se iba a dormir tenía pesadillas como todos los semidioses. Pero las suyas empezaban siempre igual.

Se encontraba en la sala de espera de un hospital, tenía 3 puertas ante él y debía elegir, normalmente daba igual que puerte eligiera, un quirofano, la calle o l morgue. Fuera donde fuera, eligiera la que eligiera siempre acaban pasando cosas malas.
Salvo que últimamente había algo que le decía que habriera la puerta de la morgue y aunque había evitado abrirla noche tras noche, esa fue la noche que lo hizo.

Al principio todo era negro, y eso no le asusto en exceso, como hijo de Apolo sabía que la sombra era tan esencial como la luz. Poco a poco pudo empezar a apreciar enormes paredes de obsidiana a cada lado, como en un pasillo interminable. Will empezó a correr, desesperado por alcanzar el final.

Después de lo que a él le parecieron horas, llegó a una puerta, era toda de madera negra, con dos enormes alas pintadas en blanco.

Las alas de un Ángel.

¿En un sitio tan oscuro? Se preguntó Will. A pesar de sus dudas abrió la puerta.

La luz blanca le cegó por un segundo, para darse cuenta de que en realidad era roja, una luz roja como la sangre. En la habitación no había mobiliario salvo una silla con un chico sentado en ella.
Dudo en acercarse, pero cuando escucho un quejido de dolor, su parte de médico se activo y avanzo dispuesto a ayudar.

El chico parecía joven, con el pelo negro y la piel pálida, no llevaba ropa y dejaba a la vista un cincelado cuerpo, de su espalda salían dos enormes alas blancas. Con cada paso que daba se fijaba en más detalles, las cadenas que envolvía sus manos, pies y cuello, las plumas caídas en el suelo, la sangre que rodeaba al chico y que parecía haber salido de él. Un sollozo hizo que avanzará más rápido, le sonaba ese sonido. Sin apenas darse cuenta se encontraba arrodillado ante el chico-ángel. Will cogió la muñeca para comprobar el pulso y una sacudida le recorrió el cuerpo cuando hizo contacto. Su mirada se alzó involuntariamente y chocó contra un par de ojos oscuros.
Un par de ojos que conocía muy bien.

Preso del pánico dejó caer miles de lágrimas mientras miraba a sus amor impotente. Tras un par de respiraciónes profundas, tiró de las cedenas hasta que las rompió. A pesar de ser solo un médico, en ese momento se veía capaz de usar la fuerza de todos sus hermanos juntos.

En cuanto la última cadena se soltó Will cayó rendido al suelo. Mientras sentía que unos brazos lo rodeaban.


Cuando Will abrió los ojos esa mañana, mientras el sol salía por el horizonte sintió unos brazos envolverlo, giro entre ellos para encontrarse con un pelo negro, una piel pálida y un cuerpo perfecto sin las de ángel , sin saber como, había acabado en la cabaña 13, durmiendo en brazos del amor de su vida. Nico Di Angelo. Sin pensar en las consecuencias que podría traer esa elección, volvió a cerrar los ojos y dejarse llevar por Morfeo junto a su amor.

De la A a la Z °Solangelo°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora