Rotos

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Golpee mi magullada pared y mordí fuertemente mis labios. Tenía que sacar toda esa presión, todos esos pensamientos inútiles y abrumadores de mi mente.

Me dirigí a paso veloz a la sala de entrenamiento, me despoje de algunas prendas y comencé a practicar. Mis movimientos eran rápidos, furiosos y violentos... Toda mi ira acumulada me ayudaba a ser totalmente letal.

Después de unas horas mis músculos comenzaron a arder por el dolor. Mi cuerpo estaba completamente lleno de sudor y mi respiración se encontraba desbocada, fue ahí cuando decidí parar mi tortura personal. Ya había sido suficiente por un día.

Tomé una pequeña toalla que se encontraba finamente doblada en un cajón y comencé a secar mi rostro y cuerpo con ella, la deje en un cesto y justo cuando estaba a punto de tomar mi ropa, una sensación se hizo presente en la sala.

-Preferiría no hacer esto ahora- Rey se encontraba de nuevo frente a mí. Sus ojos luchaban fuertemente por apartar la vista de mí cuerpo, cosa que por un instante me pareció graciosa.

-Si, yo tampoco- Y era verdad, ese era un momento incómodo para ambos, a pesar de que extrañamente la sensación de familiaridad cada vez se hacía más presente entre nosotros, casi como si nos estuviéramos acostumbrando el uno al otro

-¿Por qué odiabas a tu padre?- Habló rápida y atropelladamente. Sus ojos intentaron de nuevo posarse en los míos, pero un suspiro de exasperación me indicó que de nuevo se había distraído con mi cuerpo- ¿No tienes algo, una capa o algo que puedas ponerte encima?- Una pequeña sonrisa surcó mis labios por un instante mientras permanecía en silencio. Me gustaba verla nerviosa

¿Por qué odias a tu padre? -Preguntó de nuevo al ver mi indiferencia- Dame una respuesta honesta... Tenías un padre que te amaba ¡Al que le importabas!- Rey se había erguido y sus ojos por fin habían encontrado su camino hasta los míos. Su voz parecía una súplica desesperada, ella aún se sentía profundamente triste por la muerte de Han Solo.

La miré por unos momentos estudiándola.

Su respiración era acelerada y sus labios estaban entreabiertos. Su cabello brillaba al igual que sus ojos, y un olor a lluvia llegó a mis fosas nasales. ¿Qué era lo que me llamaba la atención de esa chica? ¿Qué era lo que me atraía tanto de ella?. Volví a la realidad y recordé su pregunta. Miré al suelo un momento antes de contestar.

No había pasado un día en que yo no pensara en mi padre, Snoke tenía razón, el acto me había destruido hasta los huesos...

-No lo odio- Contesté honestamente, pues al pensarlo muchas veces detenidamente, había llegado a la conclusión de que quizá le guardaba rencor pero nunca lo había odiado, y por algún motivo cada vez que recordaba el hecho la furia se apoderaba de mí... Ese hombre me temía, prefería irse a quedarse conmigo y jamás sentí que hubiera estado orgulloso de mí... Y aún así, a pesar de todo, no lo odiaba, sino todo lo contrario.

-¿Entonces por qué?- Ella estaba intentando hacer que yo me enfrentará a la situación de hablar de Han por primera vez, ella estaba intentando que yo aceptara situaciones que no quería aceptar, y me obligaba de cierta manera a hablar de un tema difícil... -Tú no eres la única que puede jugar a ese juego, Rey- Pensé para mis adentros.

-¿Por qué que?- Ella me miró extrañada por un momento- ¿Por qué, qué? Vamos, dilo.- Sus dientes se apretaron y su ceño se frunció. Ella no quería decirlo...

¿Por qué lo...?- Hizo una pausa y tragó saliva con dificultad. Algunas lágrimas se habían juntado en sus ojos- ¿Por qué lo mataste?. No lo entiendo

La Profecía de la Fuerza (KyloRenxReader) (HuxxReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora