El Duelo

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Los días y los meses pasaron más rápido de lo que pensábamos. En lo que pareció un abrir y cerrar de ojos pasaron 6 años, y justamente Ben Solo y yo acabábamos de pasar nuestro cumpleaños. Él ahora tenía 17 años y yo 13.

Ben había crecido de una manera considerable. Por lo que podía recordar, mi amigo casi había alcanzado por completo la altura de su padre, y gracias también al arduo entrenamiento había ganado algo de musculatura sin llegar a la exageración. Su cabello azabache había crecido igualmente y ahora lo usaba más suelto y rebelde; pero lo más notable de sus cambios corporales era que habían comenzado a surgir de manera más notoria los rasgos físicos que compartía con ambos de sus progenitores. Los rasgos masculinos y fuertes de Han estaban completamente plasmados en él, en su barbilla, en su fuerte mandíbula y en su corpulencia, pero de igual forma, los rasgos dulces de Leia, como sus ojos oscuros y atractiva sonrisa también salían a relucir.

De igual forma, yo había notado que mi cuerpo había sufrido cambios importantes aunque no sabía si en realidad eran tan notorios como los de Ben. Yo también había crecido bastante, mi cabello ahora me llegaba hasta la cintura y mi cuerpo había dejado de ser el de una niña. Poco a poco notaba como mi figura cambiaba y aparecían ciertas curvas que, debido a algunas miradas, prefería esconder; pero quizá lo más interesante del tiempo, es que los cambios no solo habían sido físicos. Día con día Ben y yo lo grabamos un mejor dominio en la fuerza, hasta el grado de ser considerados los mejores en la academia, no solo el tío Luke solía pensarlo, sino también nuestros mismos compañeros. Pero por obvias razones, todos conocían el linaje de Ben y él parecía ser más respetado que yo, aunque en realidad no me molestaba, él merecía ser reconocido por su esfuerzo, y por la increíble valentía que conllevaba el estar lejos de sus padres.

En cuanto a sus habilidades, Ben al ser un Jedi poseedor de un sable azul, y por lo tanto ser considerado un Jedi guardián, poseía gran dominio y habilidad en combate, y de igual manera le resultaba fácil aprender y dominar a la perfección nuevas técnicas.

Luke solía decirme que él solo conocía 4 diferentes tipos de sables láser. El verde, color de los cónsules Jedi; el azul, color de los Jedi guardianes; el amarillo, sable de los centinelas Jedi y finalmente el rojo, color de los usuarios oscuros. Parecía ser que Luke aún no conocía el significado de mi haz púrpura, pero siempre me recordaba que estaba más que decidido en hallarlo.

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Era un día tranquilo y normal en la academia, habíamos tenido algunas cuantas lecciones y nos dirigimos a los jardines a la práctica de combate. Solo habíamos tenido dos o tres clases prácticas de combate, pero siempre habían sido con un compañero y estudiando cosas básicas, como por ejemplo, el cómo pararse, la forma correcta de sujetar el sable, la guardia y algunas, aunque pocas, técnicas especializadas. Ésta sería la primera vez que lo haríamos de manera tan seria y poniendo en práctica todo lo aprendido.

Cuando por fin todos nos acomodamos alrededor de la arena, Luke se colocó al centro mirándonos uno a uno

-Bien, el primer combate será entre... -Luke volvió a escanear a la multitud y de repente me miró- ¡____, al centro!. Yo decidida di unos pasos hacia el interior de la arena mientras todos me miraban expectantes

-Tu oponente será... ¡Horus!- Al escuchar su nombre, todos lo alentaron.

Horus era un chico alto, por lo menos me sacaba tres cabezas de altura, era fuerte y su piel era oscura; su cabello estaba trenzado en múltiples rastas y tenía una pequeña cicatriz rosada en el labio inferior. Él sonrió de lado y se acercó lenta y amenazadoramente hacia mí para quedar frente a frente.

La Profecía de la Fuerza (KyloRenxReader) (HuxxReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora