Caminé por los amplios pasillos del templo a paso firme pero lento, intentaba aplazar lo más posible mi llegada a la sala de los grandes Jedi, pero simplemente yo sabía que era algo imposible de evitar.
Me paré erguida y decidida afuera de la puerta y con mi pequeño puño toqué en esta para avisar mi llegada.
-Adelante- La calmada voz del Maestro Yoda me recibió invitándome a pasar. Accedí un poco temerosa a la sala, pero con la firme decisión de defenderme sí es que alguien dudaba de mí.
-Bueno, parece que tienen otros asuntos pendientes que discutir. Mi Padawan y yo nos retiraremos, con su permiso- Un hombre de cabello claro y ojos celestes acompañado de un chico joven se encaminaron a la puerta cuando llegué a la habitación. Ambos me parecieron conocidos pero aun así no recordaba haberlos visto antes
-Maestro Obi-Wan, necesaria su presencia es. El presentimiento tengo de que la fuerza los solicita a ambos.- El pequeño Jedi captó la atención de todo el consejo, y por obvios motivos nadie se atrevió a contradecirlo, así que los dos hombres, aprendiz y Maestro se limitaron a quedarse en la sala posando sus ojos en mí.
-A mis oídos ha llegado, que usted, pequeña aprendiz, en sus clases no progresa. ¿Algo que decir usted tiene?- La apacible voz de Yoda que ahora se dirigía hacia mí me puso en estado de alerta, así que intenté calmarme y ajustar mi respiración. Me tomó unos cuantos segundos pero más tranquila me dispuse a tomar la palabra.
-Me temo que así es- Mi pequeña voz se vio casi absorbida por el inmenso lugar- Acepto que me cuesta bastante concentrarme incluso en los ejercicios más simples...- Al terminar la oración, mi vista se fijó en el suelo, apenada de tener que comunicar mi infructuoso desempeño.
-Levantar tu mirada debes joven aprendiz. Nuestros errores aceptar no es fácil, pero honorable es, además de ser el primer paso para aprender.- La dulce voz del Maestro hizo que me sintiera más segura y levantara la mirada instintivamente, al hacerlo pude notar que el aprendiz del llamado Maestro Obi-Wan me sonreía y de alguna manera me confería seguridad.
-Sin embargo Maestro, creo que debemos hacer una prueba- La voz algo chillona del Maestro Ki Adi Mundi resonó en la sala- Si mis conocimientos no me engañan, está niña fue rescatada de las calles de Coruscant por el Maestro Jeenz. El honorable Maestro vio a la niña robar una fruta de un puesto de comida utilizando la fuerza y desde su llegada fue aceptada como poseedora de la misma, de eso ya hace casi un mes.
-Es cierto Maestro- La voz de Mace Windu se escuchó de nuevo en la sala. ¿A qué quiere llegar con esto?
-Mi observación Maestro, es la siguiente. La niña fue vista utilizando la fuerza por un Maestro Jedi que no se encuentra presente, y desde su llegada no se le ha hecho ninguna prueba aparte, ni siquiera para conocer su nivel de Midiclorianos, basándonos solo en el testimonio del Maestro para aceptarla en la academia.
-¿Está usted sugiriendo que el Maestro Jeenz mintió acerca de la niña?- El Maestro Windu pareció elevar un poco el volumen de su voz ante el anterior comentario.
-Manejar con calma está situación debemos. Confiar en las palabras del Maestro Jeenz tenemos, sin embargo, igualmente un examen necesario será.- En ese momento todos los ojos de la sala parecieron posarse de nuevo en mí, obligándome instintivamente a dar un paso hacia atrás.
-No tengas miedo, todo va a salir bien- De repente noté que el aprendiz del Maestro Obi-Wan se dirigía hacia mí arrodillándose para colocarse a mi altura.
-Si me permiten Maestros, me gustaría ser yo quien le realice la prueba- El alto joven sujetó mi pequeña mano con la suya y se dirigió al consejo
-¡Anakin!- Regañó su Maestro.
-Joven Obi-Wan, confianza la niña siente al lado de su aprendiz, dejar que realice él la prueba la mejor opción parece.- Nadie se atrevió a objetar nada, mientras tanto yo continuaba firmemente sujetada de la mano del joven Anakin.
A continuación, un Maestro se encargó de entregarle un artefacto de metal al chico que se había mantenido junto a mí. Era algo que yo nunca había visto, pero parecía ser demasiado pequeño para infringirme algún daño...
-Muy bien pequeña esto es lo que pasará, este artefacto tomará una muestra de tu sangre y esta será analizada. Es un proceso muy simple así que no debes temer- Sonreí ante la amabilidad del señor Anakin y me sentí instantáneamente más relajada.
-Bien ahora sentirás un pequeño pinchazo en tu dedo, no te preocupes no duele casi nada.- El artefacto extendió una pequeña laminilla y una aguja, la cual Anakin uso para pinchar gentilmente mi dedo.
-Lo hiciste muy bien pequeña, eres muy valiente. ¿Cuál es tu nombre?
-Me llamo ____.- Dije con una gran sonrisa, provocando que el joven Anakin riera también. Él metió la laminilla en el aparato y después se lo entregó al mismo Maestro que se lo había dado, éste se retiró un momento de la sala para después llegar con una cara pálida y ojos bastante abiertos.
-El sistema ha arrojado que sus niveles de Midiclorianos son casi iguales a los del joven Skywalker...- Hizo una pausa mirándome con nerviosismo- Más de 25 mil.
-En ese instante se escuchó un gran "Oh" en el lugar, inmediatamente después de la declaración del Maestro. Miles de ojos inquisitivos se posaron de nuevo en mí.
-¿Eso que significa señor Anakin? ¿Es que pasa algo malo conmigo?- Apreté el agarre a Anakin mientras él me miraba desconcertado
-Joven aprendiz, ¿Cuál es el principal problema al que se enfrenta cuándo está en clase?- Aún sorprendido el Maestro Windu se dirigió hacia mí
-P-pues, y-yo.- Anakin me dio un apretón en la mano indicándome de nuevo que no había que temer.
- Cuando me encuentro en clase todo me parece abrumador. Es como si todo estuviera pasando al mismo tiempo. Puedo escuchar el mecanismo de las bolas metálicas antes de que disparen el láser; puedo ver el destello rojizo de las bolas de todos mis compañeros, puedo sentir las respiraciones de todas las personas que se encuentran en la sala; miles de voces susurran en mi cabeza y finalmente me es imposible concentrarme con todo ocurriendo de esa manera a mi alrededor... - Sin darme cuenta las lágrimas habían comenzado a brotar de mis ojos provocando un estremecimiento en todo mi cuerpo- ... Casi todas las noches sufro por no poder dormir, mi cabeza se llena de imágenes, voces y sueños demasiado vívidos para ignorarlos... He intentado de muchas maneras parar lo que siento pero nada da resultado... Y tengo miedo.- Sin temor alguno Anakin se acercó más a mi consolándome con un abrazo, mis lágrimas provocaron que su túnica se mojara a la altura de su hombro, y mis pequeñas manos se sujetaron a él como si mi vida dependiera de ello.
-Joven ____, Un entrenamiento especializado necesita- El maestro Yoda habló de manera tierna hacia mí persona.
-Yo personalmente me encargaré de dicho entrenamiento si usted me lo permite- El Maestro Windu tomó la palabra, mirándome de una manera casi afectuosa
-Hecho está entonces- Habló de nuevo el pequeño Maestro poniéndose de pie y dirigiéndose hacia donde nos encontrábamos Anakin y yo
-Mi pregunta es, ¿Por qué confianza siente usted hacia el joven Skywalker?- El maestro Yoda habló mirándome directamente a los ojos, con una amable sonrisa que me hizo sonreír de igual manera
-Lo conocí en un sueño- Espeté alegre a lo que el maestro Yoda río un poco
-Sin duda, maravillosa la mente de un niño es-
Hasta aquí el capítulo de hoy. Espero que les guste <3
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La Profecía de la Fuerza (KyloRenxReader) (HuxxReader)
FanfictionUna chica con habilidades increíbles, mas allá de la comprensión incluso de los mas grandes Maestros Jedi, encontrará un camino que la unirá para siempre con los Skywalker, pero, ¿A qué precio? "Ella ha... Ha hecho frente al Líder Supremo, casi como...