Capítulo 1

6.5K 251 75
                                    

Jericho entro al aula observando el lugar para encontrar un asiento libre, nadie de ahi la miraba, era relativamente invisible, dejo sus cosas en la butaca de él fondo junto a la ventana y saco su teléfono. Se dedicó a jugar.
Volteo a la ventana y lo vio, recargado en el árbol fumado un cigarrillo. Ban el zorro miembro del grupo mas destacado de todas partes en lionés. "Los pecados capitales"

Sonrió tontamente y se ruborizo al creerse descubierta, pero su mente le indicaba que era estúpido, nadie la miraba y nadie sabia de su existencia. Nadie excepto su amiga Guila. Aunque en esos momentos ella estaría con las hijas del director y alcalde de la ciudad. Al menos con la menor, porque una de ellas, estaba sentada a varias bancas frete a ella.

Miró nuevamente por la ventana y él ya no estaba, sacudió la cabeza y continuó con su juego. Hasta que el profesor entro al aula y guardo su teléfono. Presto tanta atención como pudo a las clases. Hasta que llegó la hora de descanso.

Salió al patio y minutos después Guila apareció con su habitual sonrisa.

-Me tarde-. Le preguntó con una sonrisa. El que Guila estuviera sonriendo no era nuevo, ni extraño. Extraño seria que ella no lo hiciera. Porque Guila era una de las personas más risueñas que Jericho conocía.

-No. Acabó de salir-.

-Mañana hay otra competencia contra la raza demoníaca-. Le informo Guila con "inocencia"

-Lo sé. Todo el mundo habla de eso-. Le contesto Jericho con fastidio

-¿Y?-. Le urgió Guila por una respuesta. A la misma pregunta de cada juego de los pecados capitales.

-No voy ir-. Guila ya se lo esperaba. Pero no pudo evitar cuestionarle

-¿Por qué?

-Tengo cosas que hacer, cosas más importantes que ir a verlos jugar-. Guila frunció el entrecejo sabía lo que su amiga decía. Debo entrenar, leer, estudiar.

-¿No descanzaras nunca?-. Desde que la había conocido un año atrás Jericho llevaba la misma rutina. Escuela, casa, entrenamiento, tarea y libros. Podía varíar entre las tres últimas actividades mencionadas. Y en el poco tiempo que tenía sólo jugaba en su teléfono.

-No hay necesidad de ello-. Contestó con simpleza.

-Ni porque mañana vaya a jugar tu zorro- Jericho se ruborizo ligeramente. Detestaba que Guila hubiese descubierto su pequeña debilidad que tenía por Ban. Siempre la usaba en su contra.

-Paf, el no es nada mio-. Dijo con despreocupación y era verdad porque aquel chico apenas y sabía que existía.

-Bueno, era tu nemesis-. Le recordó

-No era mi nemesis, solo había rivalidad de mi parte-. Aclaro Jericho rápidamente, intentando terminar con aquella conversación.

-bueno, nunca entendí porqué-.

-Aun no nos conocíamos-. Le explicó Jericho

-Que fue lo que pasó entre ustedes-. Y ahí estaba la pregunta que había evitado durante un año. Pero no importaba si ella se lo decía o no. Terminaría enterandose de cualquier manera.

-Robo mi ropa cuando regresaba de deportes-. Dijo molesta. Detestaba recordar ese suceso. Porque le trajo muchos problemas.

-Y luego comensaste a detestarlo. Hasta que tuvieron una pelea-. Termino Guila intentando completar la historia.

-¿Lo recuerdas?

-Y cómo no hacerlo. ¿Recuerdas lo que le dijiste en el festival? Donde tuvieron aquella pelea-. Como olvidar lo si nadie ahí la dejaba hacerlo.

El Camino Que Elegimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora