Capítulo 18

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Llorar no la hacia  sentirse mejor. Se levantó de la cama y atacó lo primero que vio, todo lo que estaba en su escritorio termino en el piso. Siguió llorando hasya que se quedó dormida.
Despertó cerca de las 5 am.

Dormir no había aliviado su alma. Se sentía tan rota

Se calzo los zapatos. Se abrigo bien. Y salio de la casa. En otro momento, con cursileria incluida. Su lugar hubieran sido los brazos de Ban, pero en ese instante lo único que quería era tener algo en sus brazos. A Alexander.
Supuso que su hermano dormía así que entró sigilosamente hasta el ático
Busco a Alexander y se recostó en la polvorienta cama. Hacia mucho tiempo que no aseaba ese lugar.
Volvió a quedarse dormida. Eso era el único lugar que le hacia sentirse mejor, emocionalmente. Ya que el polvo comenzaba a congestionarla.

Cuando despertó el sol ya estaba alto. Se levanto y decidió asear el lugar. Así que necesitaba muchas cosas.
Todo estaba en la alhacena debajo de la escalera

-¿Por que a saltas mi alhacena?-. Jericho escucho la voz de su hermano y deseo haber estado alerta, para no ser vista por el

-No la estoy asaltando-. Dijo sin darse la vuelta para mirarlo.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a limpiar el ático
Gustad se acerco, la giró y la tomo del rostro.

-¿Qué te paso?

-Pelee con alguien

-Fue tu novio.

-No...- del todo , pensó,

-Dudaste.

-No-. Se apresuró a decirle. -Mira, estoy bien y listo.
Ahora. Iré a limpiar el ático-. Jericho tomó una escoba y pasó a lado de su hermano.

-¿Ya desayunaste?

-Cuando termine comeré algo-. Le dijo mientras subía por las escaleras.

-¡De que te sirve estudiar medicina si no cuidas tu salud!

-¡No te escuche!-. Le gritó Jericho desde las escaleras para subir al ático.

-¡Mentirosa!-.

Gustaf no le había dejado ni empezar a limpiar cuando le llamó para comer. Y no le dejo levantar hasta que termino

-No puedes evitarlo ¿verdad?

-¿Evitar qué?-. Preguntó mientras tomaba una galleta.

-Meterte en problemas-. Jericho comió la galleta y mastico lentamente.

-Los problemas me siguen-.

-Desde que aprendiste a caminar. Lo único que has hecho es causarte daño

-Y dilo. Avergonzarte. No tienes que preocuparte por mis sentimientos-. Jericho tomó otra galletas y le sonrió divertida.

-No me preocupo por ellos.

-Ya termine. Gracias. Ahora iré a limpiar el ático.

Se la paso el día entero limpiando el ático
Se dio un gran y relajante baño
Por la tarde noche salió con su hermano a comprar suministros
Discutieron en el centro comercial por que cenarian, atrayendo muchas miradas curiosas.

Jericho Iba admirando las calles. La noche había caído. Ya no había niños fuera. Los que había estaban acompañados de sus padres. Jericho recordó cuando era niña y salía con su madre. No tenía muchos recuerdos de esos. Dado que su madre enfermo cuando tenía 5 y desde entonces casi no salían. Pero los que tenía, procuraba rememorar los una y otra vez, pero no olvidarlos.

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