Capítulo 53

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Me sentía algo aburrida, le había dicho a Ban que no podía verle hoy. Tenía que terminar unas tareas que fueron mucho más fáciles de lo que pensé. Ahora extrañaba a Ban. Y no sabía que hacer.

Ban me aviso por la mañana que ese día estaría en la taberna que no podría venir. Y yo que tenía una tarde libre. Una tarde Sola, para sentirme miserable

Estuve en casa haciendo limpieza. Levante todo lo que estaba bajo mi cama y encontré una caja. La caja que el Doctor  Leandro me había obsequiado al darme la noticia. La noticia que sabía iba a cambiar mi vida totalmente. Sentí una lágrima deslizarse, se suponía que ya había dejado de llorar

Pero no era tan fácil.

Alguien toco a mi puerta, sabía que no era Ban. El nunca tocaba, baje y abrí llevándome una sorpresa casi increíble.

- ¿Qué estas haciendo aquí?

- Supuse estarías aquí sola y aburrida

-¿Acaso me espias?

- Por supuesto que no. Deja de creer que eres tan importante.

- ¿A qué has venido?

- Estaba aburrido

-¿y eso a mi qué?

-Se que tu idiota está en el trabajo, que Guila y Zeal en casa de tu hermano, así que no tienes nada más que hacer.

- ¿Enserio no me espías?-. Cuestionó incrédula

- Por supuesto que no

- Pues entonces pasa. Pero deja de decirle idiota

Zeldris entero a la casa junto a Jericho.

- ¿Estás seguro de esto?-, preguntó Jericho

- ¿De que?

- hoy vienes más idiota de lo normal

- ¡Hmp!

-Enserio Zeldris que haces aquí?

- Mi madre quiere que te invite a comer

-¿Y adónde vas a llevarme?- Zeldris  le regaló una mirada de fastidio.

- Supongo que no es mala idea, no tengo ganas de cocinar

Jericho por alguna razón se sentía nerviosa. Estaba parada esperando aque Zeldris se dignara a dejarla pasar.

Cuando finalmente lo hizo, un exquisito aroma le recibió.

-O Jericho, es bueno que aceptarás venir. Sabía que Zeldris te convenceria

-No es que sea muy difícil, solo tienes que mencionar la comida y aceptaría cualquier cosa

Jericho le regaló su peor mirada de molestia
La señora la guío por toda la casa. Y Jericho pudo observar algunas fotos de Zeldris. Tenía material para molestarle una buena temporada. Aunque claramente necesitaría evidencia

- ¿Jericho?-. Por fin Jericho escuchó a la señora.

- Lo siento mucho-. Estaba visiblemente apenada,  lo cual enternece o a la señora.

- No te preocupes, también suelo perderme viendo las fotografías de Zeldris.

- Era un niño muy lindo, qué fue lo que le pasó

-Creció querida

-Las estoy escuchando-. Se quejó el chico detrás de ellas.

- Zeldris, yo se que la verdad duele -. ,Le dijo Jericho fingiendo pesar.

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