El Camino Que Elegimos

Capítulo 48

Jericho suspiró por enésima vez viendo su teléfono móvil. Aun se preguntaba cómo había llegado a ello. Hace unas semanas atrás estaba llorando por todas partes. Sí teniendo pesadillas despiertas y ahora estaba insultandose como si no hubiera un mañana por teléfono. A escondidas de todos. Era que más estúpida no podía ser o que esas cosas sólo le pasaban a ella.

'Nos vemos en el hospital. Marimacha'

-Jodete estúpido enano-. Grito jericho al leer el mensaje. Ese idiota sabía lo mucho que le molestaba ese apodo.  

-Y con esa boca planeas besarme -.

-¡Ban!¿Que estas haciendo aquí?

-Has dicho que hoy ibas al hospital así que pensé en llevarte.

-Gracias-.

Ban se acercó a ella y la besó. -¿Con quien discutias?

-Nada importante

Jericho suspiró ante el contacto. -Voy a bañarme antes de que se me haga tarde.

Jericho tomo su teléfono y fue al baño. No le gustaba ocultarse de ban ni de nadie pero... que pensarían todos de Con quien hablaba.

Cuando supieran que se había tropezado con una piedra. Con la misma piedra.

Termino de ducharse y se reunió con Ban. -¿Nos vamos?

-Aun tengo unos minutos.
Jericho se acostó a un lado de Ban

El doctor ya la esperaba. Tan sólo unos minutos después la paciente llegaba. Acompañada de su hijo.

-Muévete madre

-No le hables así a tú madre. Eres un mal educado-. Le regaño la señora. -No se en que pensó tu padre al dejarte mudar con todos tus amigos. Y dejarte abandonar la escuela.

-Eres un verdadero dolor de cabeza mujer

-Hola Jericho como has estado-. Habló la señora ignorando las palabras de su Hijo

-Muy bien señora Zafron-. Jericho la saludo amablemente

-Empecemos-. Anuncio el especialista

Los cuatro se dirigeron al consultorio. Jericho ayudaba al doctor a preparar a la paciente.

Después mantuvo su distancia mientras veía el proceso para presentar su proyecto. Levantó la mirada de su libreta pues sentía una mirada sobre ella. Frente a ella estaba el acompañante de la paciente dándole una sonrisa burlona

Su teléfono vibró alertandola de un mensaje.

'Lindo escote, pero creo que muestras más de lo que te permite el hospital'-. Jericho miró su blusa y apretó su libreta al pecho. Se había desprendido un botón y ahora tenía un gran escote que mostraba parte de su sostén.

'Deja de mirar dónde no debes'

-Jericho podrías cubrirme-. Le llamo el dr. Ella asintió llendo hasta donde el Doctor estaba. Siendo seguida por el acompañante

-¿Te divierte que este aquí, Zeldris?-. El mencionado miró a la mujer

-No.

-Entonces puedes compartirme el chiste hijo

El joven chisto la lengua y no dijo más, mientras Jericho no podía estar más incomoda. Por lo ocurrido minutos atrás.

No era la primera vez que Zeldris le enviaba un mensaje. Pues se había vuelto cotidiano. Desde aquella vez en el bar. Esa noche que Ban le pedía una y otra vez que le contará y ella insistía en que no recordaba nada. No era por querer ocultarselo. Pero que pasaría si supieran que Zeldris había estado esa noche con ella. Que en esa furia que el destilaba encontró paz. Pues ante había visto a Zeldris vulnerable y entonces comprendió que detrás de esa máscara de odio se encontraba alguien con sentimientos. Sentimientos que no cualquiera tenía. Sentimientos que ella nunca debió ver.