El Camino Que Elegimos

Capítulo 9

Jericho se despertó. Quitó el brazo de Ban que estaba sobre ella. Lo había visto dormir tantas veces que no le sorprendió. Pero si sentía un horrible cosquilleo en la barriga.
Al salir de la tienda solo Margaret estaba afuera.

-Buen día Margaret-. La mencionada la miro y sonrió.

-Buen dia Jericho-. Margaret tenía un libro sobre las piernas.

-Eres la única aquí-. Margaret asintió.

-Si. Guila despertó hace un rato, se asomó a tu tienda y volvió a la suya.

A Jericho le extraño aquello. Y finalmente supuso que fue a serciorarse que Zeal estuviera bien. Aunque le preocupaba que haya visto la forma en que había sido abrazada por Ban.

Jericho se sentó frente a Margaret. Recargandose en el tronco de un árbol.

-Sabes muchas cosas. De este bosque-. Comento Margaret para dar inicio a una conversación.

-No mucho.

-Pero fuiste la que hizo todo ayer

-Se algunas cosas sobre acampar. A claro. Margaret le miro con duda.

-Mi progenitor creía que aprendemos mejor por nuestra cuenta-. Explicó al darse cuenta de la mirada de Margaret - Así que cada que nos traía a esta reserva nos daba una clase teórica y nos dejaba hacerlo todo por nuestra cuenta.

-Tu progenitor era raro. Qué decía tu madre de eso-. Jericho hizo una mueca.

-No le gustaba la forma en que su esposo hacia las cosas. Pero no había forma de hacer entrar en razón a ese hombre.

-Hablas de tus padres en pasado-. Jericho no bajo la mirada, ni siquiera miró a Margaret. Solo se recargo llevo sus brazos a su cabeza y se reclina un poco más mirando hacia arriba. Mirando las copas de los árboles y lo azul del cielo que se apreciaba a través de las copas.

-Ambos murieron hace tiempo.

-Lo siento-. Le dijo Margaret. Y la miró, grave error. Le dijo su mente. No podía ver a Margaret sin recordar a su madre.

-¿Por qué?-. Jericho desvío la mirada - Fue hace mucho tiempo.

-Pero aun debe dolerte.

-Es triste-. Afirmó - Pero aprendes a sobrellevar la tristeza y el dolor.

-¿Y qué hay del amor?-. Jericho la miró muy extrañada. ¿El amor? Margaret tenía más parecido a su madre del que Jericho podría imaginar. Siempre hablando de amor cuando alguien hablaba de odio o dolor.

-¿Qué con él?

-Ya sabes sobrellevar ese sentimiento

-Nunca e llegado tan lejos-. A decir verdad Jericho le huía a ese sentimiento, el amor era un sentimiento muy peligroso que puede destruir y hacer mucho daño, más de lo que el odio podría hacer. No hablaba por experiencia propia como tal, solo vio la vida de alguien consumirse por ese sentimiento.

-Aun eres joven-. Le dijo Margaret muy sonriente, algo raro. No era que Margaret fuera una chica que no sonreirá. Solo que ella era bastante seria.

-Tu no estas vieja-. Jericho sonrío divertida.

-El amor es el sentimiento mas difícil de sobrellevar-. Comento Margaret. Mientras miraba a su tienda, la cual compartía con Guill.
Jericho sabía que ese sentimiento era difícil.

-Buen dia- Elizabeth salio de su tienda.

-Buen dia Elí - contestaron ambas.

-¿Qué hacen?-. Preguntó mientras se sentaba junto a Margaret.