Capítulo 5

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Había sido un largo día de trabajo. Y estaba cansada. Entro tratando de no hacer ruido y ella se llevó una sorpresa.

-Lo siento. Lo siento..- había entrado a la casa. No había visto luces ni escuchado ruidos.
Supuso que estaban dormidos. Y encontró a Guila y Gowther. Pidió disculpas y corrió a su cuarto. Que momento tan bochornoso.

-Perdón Guila. No imagine que estuvieran-. Se disculpó en la mañana en cuanto vio a Guila.

-Tranquila, fue incomodo. Pero Gownter es extraño, así que no hay problema-. Guila había sido la que se había sentido super incomoda. Pero Gowther no había tenido problema alguno.
-Ahora apresurate o llegaras tarde-. Jericho solo pudo asentir

Las clases terminaron. Y Jericho quedo de verse con Guila. En el camino se le unió Elizabeth.

-Que escándalo tienen-. Se quejo Guila cuando se encontraron con los chicos. Había un numeroso grupo de chicas prácticamente gritando.

-Las chicas siempre son ruidosas - dijo Ban.

-Simon. Podemos salir sabés-. Jericho había puesto atención sin proponerselo, cuando pasaron junto al grupo.

-No vengo por ello chicas. - Algo hizo clic en la cabeza de Jericho. Habían dicho Simon, ella sabia que habría siento de Simón, pero esa voz. No podían ser dos coincidencias.

-Chicas, esperenme-. No tenía planeado quedarse con la duda.
-Claro-. Le contestaron Guila y Elizabeth

Vio a Ban a lo lejos. pero no era a quien ella buscaba. Se abrió paso entre la gente hasta llegar al centro de ella.
Y vio ahí a un chico -¡Simón!-. Exclamó emocionada sin poder evitarlo.

-El mismo-. Respondió un chico de cabellos y ojos azules. -¿Y tu eres...?- El chico se detuvo a analizarle y sonrió - ¡No puedo creerlo!.

-Qué es lo que no crees-. Jericho no podía disimular su sonrisa de felicidad.

-Jericho - la tomó de la muñeca y la giró

-Cambiaste mucho. Eres mas alto-. Le dijo Jericho al chico cuando dejo de girarla.

-Tu creciste unos centímetros, y mira. Te creció algo enfrente...-. Simon pico uno de sus pechos con un sorbete y Jericho le golpeó.

-¡Eres un imbécil!-. Le gritó Jericho muy enojada.

-Te dije que no miraras lo de enfrente-. Jericho conocía esa odiosa voz que esperaba escuchar solo en el trabajo.

-¡Miroku!-. Las personas fueron abriendo espacio.

-Ya Jericho. Quien te quiere...- Le hablo Miroku como si le estuviese hablando con un bebé.

-Obviamente tu no-. Respondió de manera molesta.

-Pero yo si que te quiero-. Le dijo Simon mientras extendía sus brazos para darle un abrazo.

-Si vuelves a tocarme. Aunque sea con un sorbete...-. Le amenazó Jericho. Pero el no la dejo terminar.

-Jamás te haría algo que tu no quieras-. Jericho abrió los ojos cuando Simon le dijo eso de forma sugerente. El nunca se había dirigido a ella de esa forma.

-¿Qué haces aquí?-. Esa era la mayor duda que Jericho tenía. Después investigaria a aquel idiota.

-No dejaría pasar esta fecha otra vez , 31 de octubre.

-Yo creí que no lo haríamos más-. Y en gran parte eso esperaba.

-Ace un año no se pudo. Pero este año estoy aquí-. Simon no podía ocultar su felicidad.

-Falta una semana. Y tu deberías estar en clases-. Jericho parecía estar buscando escusas.

-Estamos en exámenes-. Considio Simon.

-Con mas razón-.

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