Capítulo 45

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Pasó más de una semana sin verse, ni siquiera en la cafetería o en la taberna, ni un mensaje. Ambos estuvieron esperando que el otro los buscará y ambos ya estaban cansados de esperar. Pero no querían dar el primer paso.

Todas habían ido a casa de Guila y Merlín les explico que sólo estaba jugando con ellas, así que terminaron arreglando ese asunto.

Jericho rendida se dirigió a la casa de los pecados. Ya estaba cansada de esperar a Ban. Toco un par de veces y estuvo a punto de correr cuando Meliodas abrió la puerta.

-Hola capitán. ¿Está Ban?-.

-Así. Está en su habitación, pasa a buscarlo.
Jericho asintió y camino a la habitación.

Toco delicadamente -Qué quieren. Escucho la voz de Ban se escuchaba enfadado. Y se preguntó si se enfadaria más cuando la viera

-Est...- Jericho dudo al momento de hablar

-Pase-. Ban estaba enfadado, de eso ya no tenía ninguna duda. Abrió lentamente la puerta y entró. Busco a Ban con la mirada, estaba en el piso con el torso descubierto y unas gotas de sudor corrían por su cuello, su cabello estaba aún más brilloso. Un cuadro que le pareció demasiado excitante.

-Vas a quedarte ahí parada o vas a entrar-. Jericho hizo aun lado sus ideas y entró a la habitación

Pero se recargo en la pared. Ban se levantó y sonrió al verla, tenía una mirada perturbada. Como aquella vez que se paseo desnudo por su habitación.

-¿Y vas a decir algo?-. Ella cerró los ojos

-Lo haría si me dejaras pensar-. Murmuró con un gran sonrojó en sus mejillas que ha Ban le encantó. Mientras ella tenía sus ojos cerrados se acerco y la besó. Levantó sus piernas y Jericho las rodeo en la cintura de Ban. Ban recargo la espalda de Jericho en la fría pared, lo cual la hizo emitir un gemido de sorpresa. Ban se acercó más buscando un mayor contacto. Jericho aun mantenía los ojos cerrados, Ban puso de nuevo sus pies en el suelo y le quitó la ropa. Estaba cansado de esperar ese momento. Cuando la tuvo desnuda volvió a cargarla mientras la besaba. Empezó besando su cuello escucho los gemidos retenidos de Jericho y miró su rostro, esos gestos que delataban su excitación solo lograban excitarle más.

Desabotono su pantalón y dejo que cayera al piso con su bóxer. Lo necesitaba pronto, las piernas abiertas de Jericho le facilitó la penetracion. Escucho a Jericho contener un gemido. Ban se acercó hasta su oreja -no los con tengas no hay nadie en casa -. Mordió delicadamente el lóbulo de su oreja y ella volvió a gemir.

-Meliodas está en...-. No pudo terminar la oración cuando sintió el miembro de Ban salir y entrar de nuevo en su interior lo cual le impidió continuar.

-El ya se ha ido-. Susurró Ban. Volvió a salir y entrar varias veces en el interior de Jericho. Ella no se molestaba en contener sus gemidos. Jericho se aferro a él cuello de Ban cuando estuvo a punto de llegar al clímax. Sentía que en cualquier momento caería al piso.

-Aguanta un poco mas-. Le pidió Ban entre gruñidos. -Quiero llegar contigo-. No paso mucho tiempo hasta que Ban sintió las paredes vaginales de Jericho contraerse contra su miembro. Pero fue lo suficiente para que Ban terminará muy seguido de ella. Bajo sus piernas Jericho seguía recargada contra la pared y Ban recargo sus manos en la pared y su frente con la de Jericho, aquel primer encuentro había sido deliciosamente agotador. Pero eso no lo detuvo para volverlo hacer hasta que ambos durmieron.

Jericho se levantó perezosa, después de tantas tareas y que Ban llegara cerca de las 4 de la mañana y no la dejará dormir en bastante tiempo

Bajó a la cocina, donde estaba Ban. Se acercó a él y lo abrazo por la espalda.

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