Jungkook se marchó tan rápido como llegó y una hora después los Park terminaron de cenar, lo que quería decir que Jimin saldría a casa de su vecino en cualquier momento. No estaba del todo seguro de cuál sería su plan de acción, pues no quería terminar estampado contra el césped de los Jeon de nuevo.
Estuvo haciendo guardia en el alféizar de su ventana por el resto de la noche, sentado junto a la ventana mientras leía un libro para pasar el tiempo, mirando de tanto en tanto a la ventana de su vecino, esperando alguna señal de vida de Jungkook. Tenía las cortinas cerradas y había llegado a la conclusión de que no podía transformarse si no tenía a Jungkook a la vista, así que aunque quisiera salir ya, no podía hacerlo.
Pasadas las once, Jimin estaba empezando a cabecear por el sueño cuando Jungkook abrió su ventana y lo saludó con una sonrisita no del todo genuina. Lo que sea que hubiera pasado en el tiempo que pasaron sin verse, lo había afectado a tal punto que de nuevo parecía triste y perdido.
El cambio ocurrió naturalmente y mucho más rápido que en ocasiones anteriores. Apenas el menor le dio la espalda, su libro cayó de sus manos que perdieron tamaño y se convirtieron en dos patitas blancas.
Se sentía tan contento y emocionado por ir a su encuentro que su cola parecía moverse por sí sola, pero en cuanto se asomó de nuevo a la ventana, eso cambió:
Yoongi estaba caminando en dirección a la casa de Jungkook. Iba vestido casi completamente de negro, pero en cuanto se pasó bajo uno de los alumbrados públicos, a Jimin no le quedó duda de que se trataba de él. Su visión aumentada y nocturna por su cambio no le fallaba.
Tenía que salir cuanto antes y saltar por la ventana no era opción.
Solo se le ocurría una cosa pero había una gran posibilidad de que no saliera bien. No tenía tiempo sin embargo para darle muchas vueltas al asunto, así que Jimin corrió hacia la puerta, por el pasillo y hasta la habitación de Jihyun. La puerta del cuarto de su hermano estaba cerrada, pero unos cuantos arañazos a la madera fueron suficientes para llamar su atención.
—¿Jimin? —preguntó el menor mirándolo desde arriba como si no fuera obvio que se trataba de su hermano mayor—. ¿Qué pasa?
En vez de buscar la forma de contestarle, el gato le clavó las uñas en el pantalón pijama y seguidamente corrió escaleras abajo hacia la sala y finalmente la entrada. Tal y como había querido, su hermano menor lo siguió hasta allí y observó la puerta un poco confundido.
—¿Quieres que abra la puerta para ti?
Asintió con la cabeza. Jihyun abrió la puerta lo más silenciosamente posible y le murmuró que se cuidara en lo que abandonaba la casa y se movía a toda velocidad hacia la casa de Jungkook. Yoongi estaba parado frente a la puerta con el teléfono junto a la oreja, obviamente llamando a alguien.
En cuanto Jimin se instaló a sus pies, el muchacho le dirigió una mirada algo confundida, pero no hizo ni dijo nada, como su presencia fuera tan insignificante para él que no veía necesario prestarle más atención.
—Ey, estoy frente a la puerta —anunció Yoongi dándole un puntapié a la madera. No fue un golpe fuerte, así que no se arriesgaba a ser escuchado, pero se notaba su aburrimiento e impaciencia con el movimiento—. ¿Cómo que qué hago aquí? Vine a hablarte. Abre la maldita puerta.
Se contuvo las ganas de lanzarle un zarpazo. ¿En serio tenía que ser tan constantemente desagradable con Jungkook? Si el chico le estaba cuestionando su presencia frente a su casa en semejante hora era lógico. No tenía por qué hablarle con ese tono y menos con tanta agresividad. No se dio cuenta, pero su cola se contrajo y movió a los lados con rabia.
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Curiosity saved the cat || KookMin
RomanceBuscando aliviar los dolores de su hermano menor, Jimin de alguna forma aprende a transformarse en gato durante su niñez. Ya crecidos, nunca más se vio en la necesidad de cambiar de nuevo, hasta que vio a su nuevo vecino llorando por su ventana. Sec...