#23

906 204 38
                                    

Saltó al suelo y corrió hacia la puerta, apresurándose para arañarla enérgicamente de modo a hacer el mayor ruido posible y atraer la atención de su hermano que estaba en el pasillo. Si tan solo fuera capaz de abrir las puertas por sí solo, quizás hubiera sido todo menos tortuoso.

Pasó un largo momento en el que los sonidos de Jihyun se detuvieron, dejando a Jimin con la incertidumbre de que quizás no lo había escuchado y que se había marchado hacia la cocina para desayunar, pero al cabo de unos segundos, la puerta se abrió.

Jihyun miró en su dirección con los ojos abiertos en sorpresa. La última vez que lo había visto como gato había sido meses atrás, además de que nunca lo había visto durante el día de ese modo. Desesperado y sin ganas de esperar, Jimin saltó a sus brazos, siendo apenas atrapado por el menor que todavía no conseguía procesar lo que estaba ocurriendo.

—Jimin... ¿por qué eres un gato?

No podía hablar, pero se le escapó un maullido lastimero y negó con la cabeza violentamente, deseando que lo entendiera.

—¿No lo sabes? —preguntó Jihyun. Jimin asintió con la cabeza, el menor lo miraba con la boca entreabierta, dejando a la vista sus incisivos ligeramente separados—. ¿Por qué no cambias de nuevo?

Ante la pregunta, Jimin volvió a negar con la cabeza, moviendo una de sus patas delanteras de un lado al otro, como si eso fuera capaz de comunicar lo que estaba pensando. Jihyun, no completamente despierto aún, necesitó un momento mirándolo a sus ojos amarillos y sosteniéndolo contra su pecho para intuir lo que pasaba con su hermano mayor.

—¿No puedes volver a cambiar? ¿Eso estás diciéndome?

El gato asintió con la cabeza, sus ojos cristalizados. Lo único que Jihyun pudo hacer por un momento fue abrazar a su hermano en silencio, probablemente mientras se daba un segundo para pensar en qué hacer. No podían pedirle ayuda a su madre, quien no tenía ni idea de nada, ni mucho menos a los amigos de Jimin, mucho más ignorantes incluso que ella.

Siguiendo esa línea de pensamiento, a Jihyun se le encendió la lamparita.

—Jimin, ya sé —exclamó el menor metiéndose a su propia habitación con su hermano mayor en brazos. Una vez dentro, lo bajó sobre su escritorio junto a la laptop—. Iba a decirte esto en otro momento, pero creo que no hay mejor oportunidad que ésta. Encontré a alguien de nuestra familia que creo que podía hacer lo mismo que tú. Está aquí, en estas dos fotos.

El menor de los Parks abrió facebook y con unos cuántos clics, llegó al perfil de una mujer que no conocía y más específicamente, a un álbum de fotos familiares. En una foto estaban sus padres con sus abuelos paternos y tías, pero en la siguiente el lugar del abuelo estaba ocupado por un gato bastante grande de pelaje pardo. Las pupilas de gato de Jimin se dilataron con el descubrimiento.

—Es el perfil de una de las hermanas de papá. Ella y su hija viven con el abuelo —explicó Jihyun, su voz subiendo un tono por la emoción—. No viven muy lejos de aquí, podemos ir ahora mismo y pedir ayuda.

Jimin quería abrazarlo o decirle lo increíble que era, pero no podía hacer ninguna de esas cosas; a cambio, le colocó una pata sobre el antebrazo y lo miró directo a los ojos, como si de ese modo Jihyun fuera a entenderlo. Su hermano menor solo sonrió.

—Mira, deja que me asee y coma algo, luego nos vamos. Podemos tomar el viejo auto de mamá y-

El menor se detuvo de golpe.

—¿Qué le vamos a decir a mamá?

Jimin se encogió un poco, hasta sus orejas se doblaron hacia atrás por la preocupación. Quizás no podía mostrar cómo se sentía en su rostro, pero su cuerpo era suficiente para comunicar que no estaba para nada tranquilo.

Curiosity saved the cat || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora