La reunión del sábado por la noche se vio cancelada cuando el pronóstico del tiempo advirtió de una posible tormenta. Quien avisó al grupo fue Namjoon, por lo que oficialmente se habían quedado sin nada que hacer ese día.
Desde la mañana fue bastante obvio que no podrían simplemente andar a la intemperie, soplaba un viento muy fuerte y lloviznaba a ratos. A veces eran incluso aguaceros los que caían de golpe. Por primera vez en muchísimo tiempo Jimin se alegró de ello; quizás de ese modo Jungkook tendría una excusa para no tener que encontrarse nuevamente con Yoongi, aunque no podía asegurarlo.
Fue idea de Taehyung que de todos modos se encontraran esa noche. No en medio de aquel parque abandonado, sino en la casa de alguno del grupo. Sabía que sería mucho mejor hacerlo en el apartamento de Seokjin y Hoseok, pero también era consciente de que sus dos amigos no se contendrían las ganas de lanzarse sobre el otro si tenían muy cerca su cama; como la madre de Taehyung jamás estaría de acuerdo con algo así, el candidato evidente fue Jimin.
Su madre estaba encantada, claro, de saber que tendría a sus otros hijos en casa por una noche, por lo que no solo aceptó, sino que se puso en campaña para organizar la comida y la bebida.
—Hyung —dijo Jimin deteniendo la perorata de Seokjin al teléfono. El mayor estaba quejándose de uno de sus vecinos como si no hubiera un mañana—, ¿crees que debería invitar a Jungkook?
—¿Tu vecino? —inquirió sonando como si intentara recordar. Conociéndolo, de verdad ya ni se acordaba de él—. ¿Por qué no? Seguro que si no está con nosotros te la vas a pasar nervioso y preocupado. Además, me interesa conocerlo.
—Estás exagerando, hyung.
—Sabes perfectamente que no —murmuró Seokjin entre risitas—. Tengo que volver al trabajo, así que nos veremos en la noche.
Tenía razón. Jimin sabía perfectamente que no estaba exagerando del todo. Si Jungkook no estaba donde pudiera verlo probablemente se comería la cabeza durante toda la noche preguntándose si acaso no estaba con Yoongi pasándola mal o sufriendo. Luego de lo ocurrido la otra noche cuando fue a verlo, cuando arañó al mayor en la cara, realmente no se sentía tranquilo con respecto a ellos. Yoongi parecía muy enojado y quién sabe cuándo iba a actuar en consecuencia.
Ahora la cuestión era cómo invitarlo. No tenía su número e ir hasta su casa para eso parecía un poco... excesivo, sin contar que no sabía cómo reaccionarían sus padres.
Durante la tarde, cuando la lluvia estaba cayendo con bastante fuerza, estaba en su habitación dando vueltas mientras pensaba. Su única opción probablemente era ir hasta su casa, aunque con la tormenta tendría que esperar para hacerlo a menos de que quisiera empaparse o algo. Claro que podía usar un paraguas pero... era su vecino.
Cuando al fin se resignó a la idea lo vio por la ventana. Parecía haber salido de la ducha recientemente, su cabello oscuro estaba mojado y una toalla blanca rodeaba su cuello. Estaba ocupado organizando su armario, así que a Jimin le tomó un rato conseguir llamar su atención moviendo los brazos a lo loco hasta que se fijó en él.
En cuanto lo hizo, Jungkook le sonrió y lo saludó con la mano. Con un gesto le pidió que lo esperara y el menor levantó una ceja entre curioso y divertido.
Jimin corrió a rebuscarse entre sus cosas por una libreta y un rotulador, o algo con lo que pudiera escribirle un mensaje a través de la ventana. A toda velocidad y sin considerar demasiado su caligrafía, Jimin utilizó varias páginas para hacerle llegar su mensaje, puesto que necesitaba escribir en letras grandes.
Nos juntaremos a las 8 aquí, ¿vienes?
Creyó que se lo pensaría más o que primero se lo consultaría a Yoongi, pero Jungkook asintió con la cabeza al instante y parecía bastante muy contento por la invitación. Jimin solo pudo sonreírle de vuelta y luego volvió a sus cosas, mucho más alegre sabiendo que el chico vendría.
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Curiosity saved the cat || KookMin
RomanceBuscando aliviar los dolores de su hermano menor, Jimin de alguna forma aprende a transformarse en gato durante su niñez. Ya crecidos, nunca más se vio en la necesidad de cambiar de nuevo, hasta que vio a su nuevo vecino llorando por su ventana. Sec...