Curiosity saved the cat || KookMin

#26

Solo cuando Jungkook lo dejó sobre la cama de su habitación y encendió las luces fue que notó que el chico no estaba precisamente en una pieza. Lo observó en silencio quitarse la chaqueta y la camiseta, dejando a la vista todos los golpes que tenía en el torso y los brazos. Incluso en su rostro tenía algunos, que no había notado en su emoción de volver a verlo después de semanas.

No pudo evitar soltar un maullido lastimero cuando lo vio hacer muecas de dolor al estirarse o levantar los brazos para colocarse otra camisa. No era realmente propio de un gato entender cosas como los moretones o heridas, pero su humanidad era más fuerte en esa situación.

Jeon se volteó sorprendido hacia él, estudiándolo como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar. Al cabo de unos segundos, el muchacho sonrió tras suspirar.

—Mi cuerpo es lo de menos, Geumie, estoy bien —aseguró sentándose junto a él en el colchón tras apagar las luces. Jimin se pegó a su costado y él le acarició la cabeza—. De todos modos creo que me lo merezco, cometí un error muy feo con alguien.

Jimin agradecía a la vida que Jungkook tuviera la tendencia de hablarle al gato, pero al mismo tiempo lo frustraba; no poder responderle era molesto. Tratando de enviar un mensaje, Jimin negó con la cabeza, pero el menor no lo miraba.

—Él es el único que me quería de verdad, al que le preocupaba y quería lo mejor para mí. Realmente no quería perderlo, pero... —Jungkook pausó, aparentemente sin poder continuar la frase—. Es mi culpa que se haya ido. Pude notar lo que eso le hizo a su familia, también. Merezco que no vuelva a hablarme, pero quisiera poder decirle algunas cosas por última vez.

Detuvo sus caricias a Jimin para recostarse hacia atrás, dejando sus piernas colgar por el borde. El gato no intentó moverse demasiado, solo se giró para mirarlo a la cara amoratada y algo hinchada. Si pudiera besar sus heridas y decirle que todo estaba bien lo hubiera hecho. Soltó otro maullido.

Jungkook se mantuvo en silencio por un rato, respirando profundo con los ojos cerrados, como meditando. Unos minutos después le pareció que se había quedado dormido, pero Jeon volvió a mirarlo de golpe con los ojos cristalizados.

—Quiero decirle que arreglé las cosas, que lo mío con ese chico se acabó —ese chico quería decir Yoongi. No quería dudar de él, pero era difícil no hacerlo cuando habían peleado justamente por una mentira respecto a eso—. Esta vez es seguro, cualquier deuda que tuve con él fue saldada, para bien o para mal, y ya no voy a dejar que me controle. Tenga a Jimin o no, ya está hecho.

Hablaba con tanta seguridad que no tuvo de otra más que creerle. Quizás los golpes que marcaban su cuerpo eran la prueba de que no había tenido el más lindo de los momentos con Yoongi; nunca los había visto realmente en medio de sus discusiones, pero podía imaginarse a Min explotando al escuchar que Jungkook había decidido alejarse de él una vez más.

No quería asumir cosas, pero le daba miedo pensar en cómo pudo haber sido ese encuentro. Jungkook intentando cortar la relación tóxica que llevaban meses manteniendo y Yoongi tratando por todos los medios de evitar que lo dejara. Pudo haberle echado en cara cuando se fue de Daegu, las veces que lo dejó tirado para estar con Jimin. Pudo decirle de todo y Jungkook pudo haber titubeado.

Pero al final se había librado. Lo veía en la forma en la que lucía tranquilo, como si ya no tuviera nada sobre sus hombros. Normalmente nunca podía verlo con semejante serenidad en la cara, ni siquiera cuando estaba con él. Siempre había algo en Jungkook que te gritaba una señal de auxilio, un deseo enorme por ser rescatado o sacado de su miseria.

Podía estar triste, pero Jungkook estaba en proceso de sanar. Había dado el primer paso hacia eso que venía buscando desde hacía mucho tiempo: libertad.