#21

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La feria de la que Seokjin había hablado consistía nada más en que un montón de tiendas sobre la misma calle se había organizado para realizar un pequeño mercadillo con descuentos, además de algunos juegos típicos de feria con premios a disposición de la gente. Todo estaba decorado y preparado de forma muy vintage y alguien había colgado focos blancos a los lados de la calle.

Además de las mesas con productos, comida y juegos, estaba un pequeño escenario lo suficientemente grande para sostener a una banda, pero no realmente para caminar en ella. Por el momento estaba vacío, pero un DJ se encargaba de poner algo de música para darle un toque al ambiente.

Encontrar a la pareja entre la multitud no fue nada complicado, eran los únicos en el lugar con esos colores de cabello tan llamativos. De hecho, al verlos, a Jimin le daba la impresión de que se habían realizado un mantenimiento; el rojo de Hoseok se veía mucho más vibrante y en Jin no se veían señales de raíces negras.

Aparte de eso, nada había cambiado. Jin era todo piercings en las orejas y el labio, mientras que Hoseok llevaba una chaqueta de cuero y no quitaba el brazo de la cintura de Seokjin. El mayor estaba mucho más pegado y cariñoso que de costumbre, pero Jimin se imaginó que solo se estaba aprovechando de lo sobreprotector que Jung estaba siendo después de lo ocurrido.

Justo cuando pensó en llamarlos, Seokjin miró sobre su hombro y sonrió, soltándose de Hoseok para saludarlos.

—Al fin están aquí, casi me pongo a comer porquerías de nuevo y eso no es bueno para el bebé —soltó Seokjin dándose unos golpecitos en el vientre.

Hoseok se volteó y lo apretujó de nuevo contra él, parecía bastante divertido pero preocupado, como si temiera que si Jin se alejaba un solo centímetro le ocurriría algo.

—El bebé es él, por cierto. Nadie está embarazado —aclaró Hoseok aprovechando para besar a Jin en la sien—. ¿Cómo se encuentran esta noche los novios?

Al instante, Jungkook le dio una palmadita en el pecho.

—¿Ya les dijiste? —preguntó Jeon con una sonrisa en la boca que demostraba lo complacido que estaba con eso.

—Claro que les dije, no soy tonto.

Sin darse cuenta, los dos comenzaron una pequeña pelea de cosquillas y pellizcos que arrancaron una sonrisa a los otros dos. No estaban seguros de por qué, pero sentían como si estaban viendo a sus hermanitos. Era una alegría disque nostálgica, quizás porque les recordaba a cómo habían empezado ellos o cómo había sido todo al inicio. No es que no se quisieran o jugaran, pero había algo especial en el inicio de una relación.

—Bueno, bueno, dejen de coquetear —Jin se metió entre ambos a la fuerza y les puso los brazos en los hombros—. Vamos a comer algo y dar una vuelta.

Jimin se fijó en lo inquieto que se veía Hoseok teniendo a Jin lejos de él, así que se apartó disimuladamente y jaló a Jungkook de la chaqueta para que el mayor fuera a unirse de nuevo a su pareja. El pelirrojo pareció agradecerle con la mirada por el gesto, más aún porque el intercambio sucedió sin que Seokjin se diera cuenta de ello.

Una vez la configuración del grupo volvió a la normalidad, caminaron juntos por la calle deteniéndose a ver los puestos y de vez en cuando, jugar a algo. Jungkook era tan bueno en todos los juegos que se sorprendió que nadie le pidiera que dejara de jugar. En menos de media hora ya había regalado a Jimin al menos cinco peluches de gatos, conseguido comida gratis y entradas para el cine. Hoseok se contentó con ganarle a Jin un muñeco de una alpaca.

—¿Cuánto tiempo llevan juntos? —inquirió Jungkook de repente, en lo que comían algo de un puesto disponible.

Hoseok y Seokjin estaban pidiendo su comida a unos metros de ellos, lo suficientemente lejos para que el bullicio de la multitud y la música los hiciera sordos a su conversación. Jimin levantó la mirada de su hamburguesa para verlos. Hoseok dijo algo y Jin lo golpeó en el costado, para luego reventar en risas.

Curiosity saved the cat || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora