Thomas pudo comprobar la información suministrada, afianzando su confianza en nosotros. No tardó en anunciar nuestra inclusión en el clan y en organizar un festín para darnos la bienvenida. Desde la mesa alargada rectangular que ocupaba con Alan y un grupo de Malditos de Aithan, se podía escuchar a un par de metros de distancia cómo el pelinegro relataba lo ocurrido.
Un equipo de caza fue a un pueblo al sur, a algunos kilómetros de distancia, la noche anterior. Era una población que no se encontraba en ningún mapa, pero vigilada por un puesto de cazadores respaldado por Hijos de Diana. No obstante, gracias a las carpetas que les dimos, al conocer las rondas de patrullaje, pudieron emboscar a sus víctimas evadiendo sin problemas a sus protectores. Sin ser eso suficiente, sabiendo la ubicación de la base cazadora y los datos necesarios, los atacaron sin piedad.
Monique no hubiera aprobado un ataque así. Hubiese sido más cuidadosa con el manejo de la información y evitado llamar la atención. Si los vinculaban con el ataque, iban a poner en riesgo los convenios.
Estaba mal que inocentes murieran por salvar a un hombre, mas el pacto ya había sido dictado y debía cumplir con la labor, aunque fuera injusta. Rescatar a Drake era más importante que mi cargo de consciencia, o la culpa que Alan pudiera sentir. Fue obvio que el rubio no estuvo contento con lo sucedido, a pesar de abstenerse de comentar. Esas personas sin rostro, ese daño colateral, solo se volvía soportable al tener la mente puesta en el objetivo.
—¿Te sientes bien, Vanessa? —preguntó Alan.
Alejé la atención del plato de pollo crudo y vegetales sin sabor frente a mí. En comparación con la carne que salpicaba sangre al cortarla de nuestros acompañantes de mesa, no podía quejarme.
—Estoy un poco cansada, eso es todo.
—Espero que la comida te de energía, porque según oí Thomas tiene algo planeado para ti hoy —intervino Arsen, quien había defendido a Alan de Caitlin noches atrás.
Era un sujeto de espalda ancha y cabeza rapada. Su tez oscura brillaba con el resplandor de los candelabros. Por cómo los que lo rodeaban se mantenían atentos ante el más mínimo movimiento, deduje que contaba con un alto rango.
Continué alimentándome en silencio, intrigada con la noticia. Hubiera sido inteligente buscar ganarme la amistad de Arsen, pero no me encontraba en el humor correcto para hacerlo y Alan estaba efectuando un buen trabajo conversando con él, contándole de nosotros y hallando puntos en común. Lucía cómodo alrededor del Maldito de Aithan.
El área de comedor había sido modificada para albergar cuatro mesas de veinticuatro puestos, repartidas entre los vampiros de elevada posición, chupasangres comunes, licántropos y, para mi sorpresa, humanos. Más de la mitad de las sillas se encontraban vacías y, al tratarse de una celebración, lo que indicó es que habían descendido en números.
Los vampiros no necesitaban comer, ya que con la sangre les bastaba, pero algunos, sobre todo los nuevos, lo hacían por costumbre, a pesar de tener que vomitarlo después. Que hubiera humanos presentes, con expresiones perdidas de zombi a causa de excesivo contacto con saliva vampírica y marcas de mordidas visibles a través de sus vestimentas deterioradas, me indignó; Monique no lo hubiese permitido.
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La Desertora | Trilogía Inmortal I [COMPLETA]
WerewolfVanessa regresó para salvarlo, sin imaginar que quedaría atrapada en medio de una lucha de poder, envuelta en más mentiras y rodeada de traidores. *** El pasado siempre regresa y Vanessa lo tuvo claro el día que decidió huir. Fue consciente de que n...