Capítulo 21 | Los Pólux

594 102 21
                                    

Las señales de alarma se activaron en mi cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las señales de alarma se activaron en mi cabeza. No entendía lo que ocurría. La neblina. Habían invocado neblina justo como sucedía en el bosque, solo que sin el tono púrpura ni los tentáculos. ¿Acaso los Pólux estaban involucrados? ¿Qué ganaban con ello?

Estábamos en desventaja. Éramos Paula y yo con mala visibilidad contra Jair en un bote en movimiento dentro de su territorio. Éramos Josh, Ian, Paula y yo cayendo en una trampa de la que posiblemente no sobreviviríamos.

Mi amiga me apretó la pierna.

—Vanessa —susurró—, esto no me gusta.

—A mí tampoco.

La canoa se tambaleó un poco.

El agua. Podíamos abandonar la canoa y nadar hacia la orilla. Tendría que ser a ciegas, pero era mejor que quedarnos indefensas a menos de un metro de nuestro actual enemigo. El lago no debía ser tan profundo, ni contener animales peligrosos. Si lo hacía, bueno, por lo menos habíamos hecho el intento de escapar.

—Salta —murmuré.

Hizo presión en mi extremidad por segunda vez. El transporte acuático se tambaleó un poco más cuando se puso de pie y lo siguiente que se escuchó fue el salpiqueo del agua. Fue un alivio que todavía confiara en mi juicio.

Deposité en el suelo el bolso que Alan me dio, el cual guardé con recelo durante el viaje sobre mi regazo, y me levanté para unirme a Paula antes de que Jair se interpusiera. El Pólux frustró mi huida sujetándome de la muñeca.

—¿Qué están haciendo? —gruñó—. ¿A dónde fue tu amiga?

—Suéltame —siseé, solo logrando que tomara mi otra muñeca.

Comenzamos a forcejar provocando que el bote se sacudiera aún más. Pude zafar una de mis manos y doblé la pierna impulsándola hacia arriba para golpear su abdomen. Estuve por perder por completo el equilibrio y caer hacia atrás debido a la inestabilidad de la superficie. Sin embargo, la mano de Jair apareció como resorte entre la capa de humo para evitarlo.

Me haló de nuevo a él y antes de que ejerciera fuerza en su agarre volví a patearlo. Retrocedió; la canoa inclinándose hacia abajo por su lado. Continuó acercándose más a donde supe estaba el borde del bote, sin ser capaz de recuperar la estabilidad en su postura, llevándome consigo. La gravedad hizo su trabajo, haciendo que ambos termináramos en el agua. Era salada.

Su rodilla se clavó en mi estómago, sacando el escaso aire en mis pulmones. Batallé para alejarme de él y sacar mi cabeza del agua. Con el oxígeno regresando a mi cuerpo, tosí mientras nadaba aturdida sin detenerme a detallar mi alrededor.

—Cuidado —dijo una voz que no identifiqué justo cuando choqué con algo. Ese corte abrupto de mis movimientos erráticos me obligó a parar para permitirme pensar y calmar mis sentidos.

La Desertora | Trilogía Inmortal I [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora