Dejé mi celular a un lado al oír el sonido del microondas. Saqué de su interior la bolsa de palomitas de maíz y vacié el contenido en dos recipientes hondos de plástico. Luego agarré dos latas de gaseosa de la nevera para caminar unos cuantos metros hacia la sala de juegos.
Dentro de la habitación con diferentes formas de entretenimiento, me esperaba Alan. Estaba sentado en un sofá frente al televisor esperando por mí para ver una película. La reunión de las manadas de la región se estaba llevando a cabo en las instalaciones de los Arcturus y con gusto me hice cargo de él. Era un buen niño, solo que algo introvertido. Sin embargo, no era su culpa, las circunstancias lo convirtieron en lo que era.
Tuve la esperanza de que el lugar a donde lo enviarían en unos días lo ayudara a soltarse y alzar su voz. El mundo era demasiado cruel para alguien como él.
—¿Ya sabes qué veremos? —pregunté, casi segura de la respuesta a mi interrogante.
El castaño paró de cambiar los canales, deteniéndose en uno donde transmitían una película de mi infancia.
—Sí, pero hay que esperar que termine esta película. Veremos una película de extraterrestres.
—Ya veo.
Ocupé asiento en el otro extremo del mueble. Le entregué su parte de las palomitas y puse las gaseosas en la mesa frente a nosotros. Abrí las bebidas y me cubrí con la manta para acurrucarme y aguardar por la cinta de seres de otro planeta. Esperaba que no fuera muy sangrienta.
—Esa es mi película de princesas favorita —comenté sin apartar la vista de la pantalla—. Mi mamá solía llamarme la bella durmiente porque dormía mucho.
—Entonces llevas tiempo siendo una princesa.
—¿Cómo así?
—Antes porque dormías mucho y ahora porque eres la novia de Drake. Si él es el próximo alfa, es como un príncipe, y si tú eres su novia, eso te hace una princesa.
No pude evitar sonreír. Sin dudas era un niño dulce. No entendía cómo Bryan podía menospreciarlo tanto. Yo hubiera dado lo que fuera por tener a mi hermana Hannah conmigo.
Busqué en el bolsillo de mi pantalón de algodón un caramelo de los que le encantaban. Se lo di.
—Tu premio por ser tan adorable. Nunca cambies, ¿está bien? —dije.
Me sonrió y se metió el dulce en la boca.
—¿Por qué no pudiste ir a la reunión esa con él? La rubia mala fue.
Con la rubia mala se refería a Corinne. Ella también lo miraba feo y maltrataba. Era obvio por qué no le caía bien.
Suspiré, tratando de no imaginar a Drake a solas con ella. Aunque confiara en su amor por mí, no podía evitar sentir un poco de celos. Ella era lo que cualquier hombre desearía; era hermosa, elegante y carismática. Sabía que si quería a Drake utilizaría sus artimañas para obtenerlo, mas debía creer en que él sería más listo y preferiría lo nuestro.
—Disculpa si te hice sentir mal.
Borré la expresión que tuvo que delatar el hilo de mis pensamientos, y volví a mostrarme animada.
—Tranquilo, Drake se portará bien. No fui porque no todos creen que debería ser princesa.
—Los que no lo creen son unos imbéciles.
Mis ojos se agrandaron ante su selección de palabras. Era la primera vez que lo escuchaba empleando ese adjetivo. Incluso había fruncido el ceño.
Le tiré un puñado de palomitas.
—Relájate, defensor de princesas. Ellos tendrán sus razones, pero no dejaré que me afecte, así como tú no debes dejar que te afecte cualquier comentario tonto que hagan. Lo importante es que tú sepas quién eres y lo que vales. ¿Entiendes?
Se quedó en silencio por un instante observándome. Cuando acabó de retener lo que dije, asintió. Después me sorprendió colocando su tazón en la mesa para brincar hacia mí y abrazarme fuerte.
—Gracias, eres la mejor. Te quiero.
La calidez de su gesto me hizo sonreír de nuevo. Alboroté su cabello.
—También te quiero.
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La Desertora | Trilogía Inmortal I [COMPLETA]
WerewolfVanessa regresó para salvarlo, sin imaginar que quedaría atrapada en medio de una lucha de poder, envuelta en más mentiras y rodeada de traidores. *** El pasado siempre regresa y Vanessa lo tuvo claro el día que decidió huir. Fue consciente de que n...