Davulio...

parte 4

Ya había pasado alrededor de una hora de camino, tiempo que a Dave y Julio les pareció eterno ya que no podían hablar, y con el silencio de aquellos que los tenían en esa situación, se sentía incomodo, pero mas que nada, se sentía un ambiente tenso, lleno de odio, rencor y deseo de venganza por parte de Guido y su compañía en la parte delantera de la camioneta, mientras que en la parte trasera se sentía que el miedo y la angustia inundaban cada centímetro de los asientos, y con ellos los cuerpos de los jóvenes que estaban atados de manos y pies, amordazados para que no hablaran, y con la amenaza de que si intentaban escapar, los dejarían tirados en mitad de la carretera, pero sin vida, y de tal forma que ni sus padres los reconocerían.

"Debo ser fuerte, soy el único que puede ayudarlo a escapar de aquí, no importa lo que me cueste, lo voy a proteger" pensó julio viendo a Dave de frente

"Voy a ser fuerte, no solo por mi, sino también por el" pensó de igual manera Dave viendo a Julio de la misma forma, a pesar de que no se escuchaban entre ellos, sabían que el contrario pensaba en ambos, en una forma de escapar

-Llegamos- dijo en un tono frío Guido, mientras que la camioneta detenía su camino frente a lo que paresia ser una gran hacienda, -ecco la tua nuova casa- dijo el italiano mientras esperaba que su compañero, que se había salido del vehículo para abrir el portón de la entrada, regresara, a los pocos segundos el hombre entro de nuevo a la camioneta para seguir conduciendo

-Deja abierto, partirai velocemente, yo quiero hablar un momento con los bambinos-

-Esta bien- dijo aquel sujeto, al cual solo se le había escuchado reír unos segundos, y fue todo lo que se le escucho "hablar", o hacer gestos, mejor dicho desde que habían raptado a los menores

El cómplice de Guido empezó a manejar de nuevo, en cuestión de no mas de dos minutos se detuvo, pero esta vez frente a una gran casa que, por su apariencia parecía ser antigua, con un estilo colonial, pero en buenas condiciones

Guido y compañía se habían bajado del vehículo, para luego dirigirse a las puertas traseras, donde se encontraban ambos menores, Guido había dado la vuelta para estar del lado donde estaba el mas bajito, abrió la puerta y este empezó a moverse para evitar que lo tocara, pero fue un intento inútil, por lo que el italiano lo había levantado como costal de papas para dirigirse a la entada de la casa, mientras que del lado de Julio el acompañante de Guido se había dirigido hacia el, pero no contaba con que este le diera un cabezazo en cuanto se acercara, haciendo que de su labio saliera un poco de sangre

-Calmate mocoso tarado- dijo aquel sujeto en un tono bastante frío, -No te golpeo aquí mismo porque así me lo pidió Guido

Aquellas palabras hicieron que se erizada por completo la piel de Julio, después de eso el sujeto levanto al menor de la misma forma en que Guido lo había hecho con Dave, pero en este caso, Julio pataleaba para poder librarse, intento fallido

Los mayores habían entrado y sin decir una sola palabra habían caminado por un pasillo el cual, al final tenia una puerta, la cual el italiano con algo de dificultad había logrado abrir, ya que seguía cargando el pequeño cuerpo de Dave, entro y después de el su cómplice también había entrado, se trataba de un cuarto algo grande pero que solo contaba con una ventana, que era muy pequeña, tal vez de 30 centímetros por 30 centímetros, paredes totalmente blancas un sillón que parecía ser algo antiguo, en la esquina derecha una mesita de madera con dos sillas en la esquina frontal con el sillón, una puerta al lado del sillón y en el centro de la habitación una cama matrimonial con dos almohadas y una sabana grisácea, en la cual dejaron caer a ambos menores

-ya te puedes ir- le dijo Guido a su compañero el cual de inmediato salio a paso tranquilo, cerrando la puerta detrás de el -Bienvenidos a su hogar- se dirigió a los jóvenes, Dave lo veía con miedo, mientras que Julio tenia un evidente enojo en su rostro

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