Davulio...

parte 6

Después del "beso" al cual Guido había sometido a Dave, Julio lo abrazo, ese abrazo, en esos momentos, hacia que el más bajito se sintiera bien, se sentía feliz,...se sentía protegido, el pequeño estuvo un rato entre los brazos de su amigo, pero el cansancio hizo de las suyas, haciendo que Dave quedara dormido, con su rostro escondido en el pecho de su amigo, ese era un lugar que sabia lo iba a proteger, el mayor solo pudo ver al pequeño dormir, su cara se lleno de felicidad al ver el lindo rostro de su amigo, que sin importar su marca (la quemada que había recibido hace años) era de un estado de tranquilidad absoluta

-Descansa Dave- menciono el mayor para después cobijar a ambos con la sabana gris que ahí se encontraba, y sin dejar de abrazar a su amigo, cayo a los brazos de morfeo con una ultima palabra; -Te quiero-

Mientras tanto, en otro lugar de Oaxaca:

-¡Como que Dave no esta aquí!- grito una angustiada Julieta

-¡Pero que no estaban en tu casa!- hablo esta vez pancho, muy preocupado

-¡No, ellos dijeron que irían al edificio, Robert ya fue a ver si estaban ahí, y no, no estaban!-

-¡Ya les llamamos, y ninguno contesta, ¿donde se podrían haber metido?¿Y si les paso algo?- los nervios de ambos adultos iban en aumento, y con justa razón, no sabían nada de sus hijos desde las 2:00 de la tarde, ya habían pasado de las 8:00 de la noche y ninguno se había podido comunicar con sus hijos, para ellos, el no saber donde estarían los menores era doloroso, cada minuto era una eternidad

-¡Si tan sólo hubiera acompañado a su hijo ellos no estarían en esta situación- grito Julieta

-¡Pues usted también pudo...- el grito de pancho fue interrumpido por la voz de su hijo Temo, el cual, aunque trataba de ser fuerte no soportaba la idea de que a su hermano le haya pasado algo

-¡Ya basta los dos- grito bajando las escaleras, para después acercarse a su padre y a Julieta -no resuelven nada gritando, ni echándose la culpa entre ustedes, lo mejor que podemos hacer es... es... unirnos para encontrar a los niños- cada palabra de el, salia con un sollozo

-Ya Temo, no llores- aunque Temo tenia 19 años, su corazón era muy delicado en cuanto a su familia y seres queridos

-Pero papancho... y si... y si algo les paso- sus lagrimas empezaron a salir con una mayor frecuencia, a lo que su padre lo abrazo,

-No te preocupes, estoy seguro que están bien- aunque sonaba bien, en su interior pancho estaba llorando, ya perdió a dos de las mujeres que mas amo en el mundo, perder un hijo seria para el (como para todos los padres) una perdida insuperable, sus hijos son el pilar que lo ayudan a mantenerse fuerte, para el ellos lo eran todo

-Si Temo, todo... todo va a estar bien- interrumpió Julieta, que al igual que Pancho, tenia la preocupación por saber de su hijo, ayudarlo en su recuperación había creado un lazo de amor con el niño, y adoptarlo para ella fue la mayor felicidad que jamas recibiría en toda su vida, y ahora no sabia donde podría estar, los nervios consumían cada parte de de ella, pero no se daría por vencida ya que su vida tenia un motor que la iba a mantener a flote, su hija de 5 años, Blanquita

-Ellos estarán aquí lo mas pronto posible, me ofrezco a buscarlos por toda la ciudad si es necesario- interrumpió Aristoteles el cual al enterarse de lo ocurrido fue de inmediato a casa de su novio para saber en que podía ayudar, cuando una de las trabajadoras de la casa le abrió la puerta, sin querer había escuchado la plática del ambos Lopez con Julieta

-¡Aris!- grito Temo corriendo a abrazar al mencionado -No sabes cuanta falta me hacias- dijo escondiéndose en el pecho de su novio

-Tranquilo, ellos estarán bien, lo prometo-

......