parte 59

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-Ahora diganme...¿Como escaparon?- dijo Guido acariciando el trasero de Mando

-No...no lo se- algunas manchas de sangre se habían deslizado desde la frente de Mando hasta la blanca sabana

-Y tu Ale, ¿no dirás nada?- apretó el glúteo del menor, Alex negó

-No se nada- la mirada de Alex iba directo a la cara de Guido

-Muy bien- el italiano se puso de pie, y usando el látigo, golpeo el trasero de Mando, dejando una marca roja en el

-¡Haaa!- grito al sentir el latigazo en su cuerpo

-¡Cayate!- le dio otro latigazo en las piernas

-¡Para!- grito Alex tratando de soltarse de los sujetos que lo detenían

-Bien, solo por ti- dijo Guido viendo las marcas en el niño sobre la cama y volteandose al joven en el suelo -Ale, mi pequeño y querido Ale, dime, ¿como escaparon Dave y Julio?-

-No lo se- una sonrisa se esbozo en el rostro del adulto

-Levantenle la camisa- dijo aun viendo a Alex, los hombres que sostenían a Mando levantaron la camisa de este, casi hasta quitársela, sin pensarlo dos veces, Guido se levanto y empezó a dar fuertes latigazos en la espalda de Mando, las marcas aparecían rápidamente, largas y rojas en la pálida espalda del menor, los gritos de dolor se escuchaban en esa y otras habitaciones

Alex gritaba desesperadamente  porque Guido dejara de golpear a su amigo, sin embargo el mayor seguía dando golpes

-¡Volteenlo!- ordenó, sus cómplices obedecieron, dibujando otra sonrisa en su rostro, dio un latigazo en la cara de Mando, la marca se extendió desde cerca de su ojo derecho hasta abajo de la comisura izquierda de boca

-¡Guido detente!- grito Alex -¡Yo les ayude!- al escuchar esto, el italiano dio otro golpe, que se marco de una de sus mejillas a la otra, volteó a ver al joven

-Así que...tu les ayudaste- Alex asintió antes de recibir una patada en su estomago, sofocándolo -¡Como se escaparon las malditas zorras esas!- otra patada -¡Habla!- Alex trataba de recuperar el aliento, pero le era difícil ya que recibía otros golpes en su estomago

-A...Alex- hablo Mando, Guido se detuvo al escuchar al menor, se alejo del cuerpo de Alex, este, tosiendo algo de sangre, vio como Guido se acercaba a su amigo, lo tomaba del cabello y lo obligaba a ponerse de pie, dejando ver el, que si no fuera por la camisa, completamente desnudo cuerpo de Mando, dos de los hombres ayudaron a Guido a mantener de pie al niño

-Mira este bonito cuerpo- dijo levantando la camisa del niño, dejando ver su delgado cuerpo -Sería una pena que estuviera lleno de estas feas marcas- hablo acariciando las marcas en la cara de Mando, este se quejaba por el dolor que le causaban estas, de pronto dio un golpe al estomago de Mando, haciéndolo retorcer del dolor

-Dejalo, yo...te diré como escaparon, pero dejalo, él no tiene nada que ver- pidió Alex a su secuestrador

-Habla- dijo el italiano viendo a Alex, poniendo la camisa de Mando de nuevo en su lugar

-Yo...el otro día, en la mañana hice un escandalo, sabia que a tus hombres no les gusta el ruido en la mañana, así que empecé a hacer ruido, cuando ellos me sacaron...sabia que me darían una paliza, así que, mientras me llevaban a donde me golpearían yo...empecé a...a restregarmeles, o a acariciarlos, ellos se exitaban lo se, así que seguí haciéndolo, me llevaron al bar, sabia que tomarían, siempre lo hacen a esas horas, empezaron a tomar y...y yo seguía acercándome a ellos, me les insinúe a todos...tomaron mas hasta quedar medio borrachos...fue cuando varios me hicieron caso, empezaban a acariciarme, hasta que después me quitaron la ropa y...estuve en una orgía con ellos, todos, como unos doce, me...me penetraron y se corrieron en mi- algunas lágrimas salían de su rostro al recordar eso

-¿Y como escaparon?- dijo Guido con un tono de enojo

-Cúando ya varios ni podían caminar y otros ya no querían hacerlo conmigo, me puse la ropa, me acerque a alguien que sabía que tiene unas llaves y las escondí en el resorte del bóxer, luego llegó Tom, vio como estaban todos, me vio a mi y me llevo a la habitación, no se dio cuenta que yo traía las llaves-

-Ale, Ale, Ale, siempre fuiste muy inteligente, pero...¿Por que a ellos?, tu tiene mas tiempo aquí que casi todas estas lindas personas- dijo Guido acariciando la mejilla de Mando

-Crees que no quiero largarme de aquí, pues crees mal, se las di a ellos porque Dave nos ha contado por lo que pasa, es el único que sale mas de una vez por día, y pocas veces esas salidas eran con una persona, lo obligabas a tener...relaciones con mas de dos o tres personas, y se que es muy unido a Julio, no se iban a separar- hablo Alex mostrándose firme

-Muy bien- Guido hizo un movimiento de cabeza, indicando que aventaran a Mando junto con Alex, sus ayudantes lo hicieron, dejaron caer al menor sobre Alex, este lo tomo entre sus brazos

-Por favor, hazme lo que quieras, pero a el dejalo- pudio Alex acariciando el cabello de su amigo      -Tranquilo, estarás bien- susurro al oído de su amigo

-No lo creo- dijo el italiano empezando a golpear a ambos jóvenes en el cuerpo, brazos, piernas y cara, Alex se puso mas al frente, evitando que golpeara a su amigo, pero mas de un golpe fue directo a Mando

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-Señor, estas llaves estaban en el parque, donde usted nos dijo- dijo un policía acercándose al oficial Morales

-Y esta es la única casa parecida a la que dijeron en el hospital- hablo tomando las llaves

Los oficiales, incluyendo a Morales habían llegado a la casa que era muy parecida a la que Lilia les había dicho, habían llegado por la parte trasera, sabían que no era buena idea tratar de entrar por la entrada principal, Morales tomo las llaves, introduciendo una por una en la puerta de acero de esa casa, una entro perfectamente, era de ahí, dio vuelta a la cerradura, abriendo la puerta, empujo para dejar ver un pasillo que terminaba en otra puerta

Morales y cuatro oficiales mas fueron a la puerta, mientras que dos se quedaban afuera por si necesitaran algo, el oficial abrió la puerta con otra de las llaves, llegaron al "recibidor" donde habían otras puertas, los oficiales escucharon ruido en una de ellas, por lo que apuntaron sus armas a esa habitación

Lentamente, se acercaron a la puerta, abriendo con otra llave, grande fue su sorpresa al ver a varios menores dentro

-Niños niños, tranquilos, no les haremos nada- dijo Morales, los menores estaban sin palabras, ¿habia policías ahí?, ¿acaso podrían escapar? -¿Que es este lugar?-

-Un...prostíbulo- dijo Rodrigo

-¿Falta alguno de ustedes?- el oficial había visto que casi todas las camas estaban destendidas, pero su cuenta de menores ahí era diferente

-Alex-

-Mando-

-Dave y Julio- los últimos dos nombrados por Rodrigo

-Ellos dos están bien, ¿saben que paso con los otros dos?-

-A Alex se lo llevo Guido- dijo uno de los menores

-No sabemos de Mando- dijo otro

-Tu- dijo Morales a uno de los policías -Cuidalos, vamos a revisar la casa, debemos encontrar a los otros dos- hablo caminando a la salida de la habitación

-Yo...creo saber donde estar- dijo uno de los jóvenes

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Hola de nuevo gente, bueno pues primero quiero darles gracias a todos los que siguen leyendo esta historia

Segundo, me gustaría decirles que muy probablemente haga la continuación de esta historia en otro libro, porque aun faltan cosas, así que si llego a hacerlo, les diré por aquí

Sin mas, nos vemos/leemos luego

Davulio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora