parte 51

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Las cansadas piernas de ambos pequeños se movían lo mas rápido que sus escasas fuerzas les permitían, habían cruzado una calle para lograr llegar a un parque, que sin duda no se parecía al parque cercano al edificio Corcega, este no era tan grande, pero si tenia un gran tamaño, sus arboles y arbustos eran frondosos, tanto que no permitían que la luz de la luna entrara a iluminar los pequeños cuerpos que estaban corriendo, tratando de alejarse lo mas rápido que pudieran

Las piernas de ninguno estaban en condición como para correr por mucho tiempo y por largas distancias, pero el miedo a que fueran atrapados de nuevo los hacia forzar a su cansado cuerpo a aguantar, sin embargo el mas afectado, Dave, ya no podía continuar, sus piernas se negaron a dar un paso mas, el peso de su, ahora, más delgado cuerpo llevaba el impulso necesario para hacerlo caer casi en seco sobre el piso empedrado, de no ser que puso sus manos de intermedio, el golpe se lo hubiera llevado su cara, al escuchar el golpe en el suelo, Julio volteo inmediatamente, encontrándose a su amigo tirado en el suelo, con sus manos raspadas al frotarse sobre la piedra

-¡Dave!- grito regresando para arrodillarse junto al bajito -Dave ¿qué...qué paso?-

-Yo...-se quedo callado por unos segundos, iba a pedirle que le ayudara, pero decidió pedirle otra cosa -Vete Julio- dijo tratando de ocultar sus lágrimas -Vete...ve por ayuda-

-No Dave, claro que no...no te dejare solo- dijo tratando de ayudar a su amigo a ponerse de pie

-Dejame aquí...tienes que irte- alejo la mano de su amigo

-Dave...dejame ayudarte, vámonos-

-No puedo...me duelen mucho mis piernas...ni siquiera puedo ponerme de pie- lloró, se sentía mal -Solo...solo te estorbaré- las lágrimas corrían de los ojos de ambos

-No cierto, no eres un estorbo- dijo tomando la cara de su amigo entre sus blancas manos, limpiando las lágrimas de su amigo

-Vete, hazlo por los dos, se que puedes traer ayuda- dijo quitando una de las manos de su amigo

-Pero...-

-Se que puedes...vete- con pesar, Julio se puso de pie, limpio algunas de sus propias lágrimas y se lanzo a correr, le dolía dejar a su amigo y mas en ese estado, pero necesitaba ayuda, él solo no podría ayudar a su mejor amigo

-"Traeré ayuda"- pensó -tengo que ayudar a Dave-

Con dificultad, el pequeño Dave logro llegar a una banca de aquel oscuro lugar, casi se había arrastrado para llegar a ella, se recostó sobre el frío metal de la banca, tratando de no seguir llorando, pero era muy difícil, como paso de ser el hijo mayor de un feliz matrimonio, con una gran y amorosa familia a estar en esa banca de metal, huyendo de un lugar que solo le causaba dolor

-¿Que...que hace una niñita sola por aquí?- de repente Dave escucho una voz desconocida cerca de ahí, vio de pronto a un hombre no parecía tener mas de veinticinco años, en una de sus manos llevaba una botella casi vacía -Que niña tan bonita- hablo acercándose al pequeño, el olor a alcohol era tan fuerte que le daba mareo a Dave

-¿Qui...quien eres?- pregunto asustado, alejándose de ese sujeto lo mas que pudiera, de él y del olor a borracho que traía -Alejate-

-Yo soy...que importa, para una niñita como tu puedo ser tu Daddy- dijo acercando su cara a la del pequeño, poniendo su mano sobre el bóxer del menor -¿Que tenemos aquí?, entonces eres un niño...da lo mismo, tienes donde meterla-

Dave no sabia que hacer, por miedo, lo primero que hizo fue tratar de correr, pero sus piernas lo traicionaron, haciéndolo caer

-Por favor...vete...- pero sus suplicas fueron ignoradas, el hombre lo levanto del suelo, llevándolo atrás de uno de esos frondosos arbustos

-Listo...vamos a disfrutar...baby- el hombre le quito el bóxer a Dave, poniéndoselo en la boca para que no gritara -Si...si te duele...no me importa- coloco la cabeza del niño contra la tierra y entró completamente en el

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-¡Ayuda!- gritaba Julio sin detenerse, su garganta empezaba a doler, dejo de correr cuando sintió sus piernas flaquear, pero caminaba lo mas rápido que pudiera -Ayuda- volvió a decir pero ese lugar estaba casi solo y los pocos que pasaban lo ignoraban, vio a lo lejos, mas allá del parque, una cuadra después, una luz, parecía un lugar público, talvez de comida, así que volvió a correr, su objetivo estaba claro, ayudar a su mejor amigo y luego a los jóvenes encerrados en esa casa

Tenia que llegar rápido, tristemente no sabia lo que estaba pasando su amigo en esos momentos

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Hola gente, ya reaparecí por acá

Perdón si tardo en actualizar, pero la escuela me roba tiempo, igualmente aquí esta el capitulo, espero que les guste
Dedicado a:

B_H_N_A_O_T_A

Por darme algunas ideas y estar apoyando esta historia prácticamente desde su inicio

(Capitulo sin canción, porque lo termine en la escuela)

Sin mas que decir, nos vemos/leemos luego

Davulio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora