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Momentos antes de que Julio regresara con los demás chicos

-Pa...para...sa...saca eso...me...me duele- articulo difícilmente, no podía dejar quejarse -¡Aaaaaaa!- volvió a gritar al sentir que el mayor introducía aun mas el palo de plástico en su interior

-¿No te gusta sentirlo dentro tuyo?- preguntó el adulto mientras subía por el pecho de Julio, terminando cerca de su oído -¿Pense que te gustaba?- dijo antes de morder el lóbulo del menor

-Sueltame- decía con la respiración agitada

Guido ignoro al menor, bajó por el cuello del mismo, dejando una serie de besos húmedos, succionando y mordiendo levemente la pálida piel, dejando marcas rojizas, siguió con las mismas acciones en la parte de sus clavículas y en el pecho, mordiendo y pellizcando los pezones, arrancando de la boca del pequeño suspiros, jadeos y gemidos, no por placer, sino por el dolor y la incomodidad que le causaba

-Pa...para- suspiraba, arrugando con sus manos esposadas, las sabanas bajo él

-¿No querías hacerlo con un hombre de verdad? ¿O te conformas con adolescentes como Alex?-

-No...no quería con nadie- se retorcía del dolor por el plástico dentro de el -Y menos contigo...me...me das asc...¡Haaaaaa!- grito al sentir como el dildo rosado era movido en su interior, Guido lo había tomado y le dio una ligera vuelta

-¿Por que lloras?- pregunto cínicamente el italiano

-Sa...sa...!Haaaa!...mmmm- julio no podía articular palabras

-Esta bien- dijo el adulto sacando rápidamente el objeto del interior del menor

-!Haaaaa!

-¿Estas feliz?- pregunto con una sonrisa en el rostro

-Me...me duele- dijo con lágrimas saliendo de sus ojos

Guido volteo al menor de forma brusca, poniendo la cabeza de Julio contra la almohada, separo las piernas delgadas del pequeño y, tomándolo por la cintura, levanto las caderas, dejando expuesta su rojiza y adolorida entrada

-Veamos como te sientes por dentro- dijo el mayor desabrochándose el pantalón y bajando su ropa interior, tomo su miembro, lógicamente mas grande que el del pequeño debajo de el, y lo frotó contra la pequeña entrada frente a él, haciendo que el menor se estremeciera

-No...no lo hagas- pedía casi en forma de suplica el menor

-Debiste pensar eso antes de estar de zorra con Alex- hablo serio antes de entrar completamente, golpeando la retaguardia del joven con su pelvis y empezando un violento vaivén, sin haber esperado que se acostumbrara

Los gritos de Julio, causados por el dolor, no se hicieron esperar, Guido lo penetraba rápidamente, estaba de rodillas entrando y saliendo en el joven, de un momento a otro, se levantó un poco, quedando de cuclillas, empujaba la cara del pequeño contra la cama, y sus embestidas profundizaron mas

-Po...por favor...- logro decir apenas en un tono de voz muy bajo

-¿Que quieres?- dijo Guido dando otra estocada, volvió a ponerse de rodillas y esta vez tomando a Julio por la cintura haciendo que las embestidas fueran mas rápidas, profundas y dolorosas para el menor -Mmmm...ooh...eres...mmm...tan apretado- gimió el adulto

-Pa...para- su respiración era agitada y su llanto había mojado la parte de la sabana sobre la que tenia la cara

Guido dio una estocada mas antes de salir del menor, que se dejo caer sobre la cama al sentir que salían de el, no podía parar de llorar, trataba de relajar su respiración pero le era casi imposible, el mayor se sentó en la orilla de la cama para poder deshacerse de su pantalón por completo, Julio trató de alejarse lo mas que pudiera, pero el dolor que sentía era demasiado, de pronto sintió que lo jalaban de los tobillos hasta la orilla, Guido estaba de pie

-Levantate- hablo mientas se volvía a sentar en la cama

-No...no puedo- hablo débilmente el niño

-Si puedes- dijo poniéndose de pie y obligando a Julio a ponerse de pie -Si se pudo- cuando soltó al menor, este casi caía, pero el adulto lo sostuvo evitando que golpeara el suelo

-Me...me duele...- se quejo con las piernas temblando, el italiano se puso detrás de el, sosteniéndolo por la cintura

-Eres muy lindo- susurro en el oído del niño

-De...dejame-

El mayor se sentó en la cama, sin soltar a Julio, pero dejándolo de pie, rápidamente tomo con fuerza al niño y lo obligo a sentarse en sus piernas, lo levanto un poco y tomándolo por la cintura, hizo que su miembro entrara completamente en el pequeño ojiverde

-¡Aaaaa!...no...de...detente- suplicaba, pero fue ignorado, el adulto empezó a mover las caderas arriba y abajo, mientras hacia que Julio saltara sobre su entrepierna, saliendo menos de la mitad y volviendo a entrar

-Hooo...mmm...eres...tan...delicioso...- gemía Guido, acerco su rostro hasta el delgado cuello delante suyo y empezó a dejar besos húmedos y algunas mordidas

-Por...por favor...ya...ya no lo hagas- pedía llorando y gritando por el dolor que sentía

De pronto las manos del mayor dejaron de apretar la cintura del pequeño, pero el movimiento debajo de el no se detuvo, las manos de Guido empezaron a subir, uno se poso sobre un botón en el pecho lechoso de Julio y otra subió hasta la cabeza, jalando los lacios cabellos castaños hacia atrás

-Me...me voy a correr en ti....zorra- dijo en el oído de Julio antes de que su semilla se liberara en el interior de Julio sintiendo como el liquido blanquecino se deslizaba, saliendo de la entrada rosada del joven, Guido volvió a tomar al menor por la cintura, se levanto rápidamente y aventó al adolorido niño a la cama, con restos de semen aun saliendo de el

La respiración de Julio era agitada, sus ojos estaban rojos y brillosos de tanto llorar, tenia marcas que posiblemente se convertirían en chupetones en su cuello, pecho y clavículas, cuando Guido se acerco a el para quitar las esposas, estas se habían apretado contra su espalda, marcándose en ella

-Cambiate- dijo aventando a la cama un bóxer y un short que estaban en uno de los cajones del buró junto a la cama

Como pudo, con demasiado cansancio y dolor, Julio se puso la ropa que le habían dado y se acomodo la camisa, lo que no noto, es que en la parte de la cama, donde el había estado acostado, había manchas rojas

-Levantate- hablo seriamente Guido terminando de ponerse su pantalón

-No...no puedo...me...me duelen las piernas-

-¡Que te levantes!- grito jalando al pequeño del brazo, obligándolo a ponerse de pie, pero las débiles piernas le temblaban a Julio -Vamos, camina- decía halando al niño

A pesar de que las piernas no se lo permitían, Julio tuvo que ir caminando, casi siendo arrastrado por Guido, escaleras abajo y hasta llegar a la habitación donde estaban todos los jóvenes

-¡Entra!- todos los menores escucharon la voz del italiano antes de que la puerta de la habitación fuera abierta, dejando ver a un Julio con los ojos llorosos, unas marcas, a pesar de estar cubiertas por la camisa, se alcanzaban a ver en la zona de su clavícula y la ropa apenas puesta, desordenada

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Gente aquí el nuevo capitulo, dedicado a:
B_H_N_A_O_T_A
0_Amber_0
DianaAviles481

Gracias por comentar y gracias por sus votos, Diana a ti se me hace que si he visto que votas en todos los capítulos

Y también gracias por sus lecturas a los que solo leen pero no comentan (se que varios también querían esta parte, pero no lo dijeron)

Sin mas que decir, nos vemos/leemos luego gente

Davulio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora