parte 24

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-El...me vendió- las palabras de Mando resonaron en la cabeza de Dave y Julio, si bien, en la escuela ya habían escuchado alguna vez sobre la violencia en la familia, nunca habían escuchado sobre un padre "vendiendo" a su hijo, ¿A caso era eso posible?, y si fuera así, ¿Quien haría eso?

-¿Como que te vendió?- pregunto el mas pequeño de los cuatro

-Si, ¿Como esta eso?- cuestiono ahora Julio

-Pues- dijo antes de soltar un suspiro y con el una lágrima resbalo por su mejilla, claramente se notaba triste, y ¿como no estarlo?, sabiendo que la persona que, se supone, debe de amarte, te llevó a un lugar donde solo te lastiman, y todo a cambio de de dinero

-Mando...si no quieres hablar no tienes que hacerlo- hablo Alex posando su mano sobre el hombro del mencionado -Ellos entenderán ¿verdad?- finalizo volteando a ver al Lopez y al Corcega
(nota: Dave no se apellida corcega, pero es de la familia)

-Si Mando, si no quieres hablar no te vamos a obligar- habló Dave, el cual, junto con su mejor amigo, habían entendido que no era el tema mas prudente de hablar

-No, esta bien, es bueno deshaogarse con alguien- Mando trato de sonreír, pero la tristeza seguía invadiéndolo

-En serio, no es necesario que lo digas- hablo Julio, el silencio se apodero de la platica en ese pequeño grupo, Mando vio a los tres a su alrededor, quería sacar esa tristeza de el, pero por mas que lo intentara, le era imposible

-Mejor cambiemos de tema- rompió el silencio Alex

Antes de que alguno volviera a hablar, la puerta de aquel lugar se abrió, dejando ver a través de ella a tres hombres, de pronto todos los que estaban en la habitación, salieron lentamente, Dave y Julio no sabían que era lo que pasaba, Alex se dio cuenta de eso, por lo que decidió hablar

-No van a hacernos nada-

-Por ahora- interrumpió Mando, ganándose la mirada de los dos menores

-Es hora de cenar, tenemos que comer- dijo Alex levantándose de su lugar, seguido por Mando -¿Vienen?-

Dave y Julio se levantaron del lugar donde estaban sentados, los cuatro comenzaron a caminar, fueron casi los últimos en salir de la habitación, seguidos solo por dos de los hombres, el ultimo sujeto se había ido adelante de todos, el Corcega aun sentía un pequeño dolor en las piernas, por lo que su mejor amigo, caminando a un costado, lo tenia abrazado por la cintura con un brazo, y el más pequeño pasó su brazo por atrás del cuello de Julio

El grupo de personas, al salir del cuarto, camino por un pasillo, antes de llegar a lo que parecía ser un comedor, ahí todos los menores se sentaron, al perecer esa se convertiría en una rutina, su rutina

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En otro lugar de Oaxaca, se encontraba la familia Lopez en lo que tendría que ser una cena familiar, pero no era así, faltaba uno de ellos, uno que hacia reír a todos con sus ocurrencias y en momentos, los hacia enojar, pero aun así faltaba esa persona, ese joven querido por todos, esa sonrisa, ese hermano, ese hijo no estaba ahí

-No tengo hambre- hablo seco Temo, claramente se veía triste

-Yo tampoco- dijo Lupita picando con el tenedor la comida de su plato

-Temo, Lupe, tienen que comer o se pueden enfermar- hablo Susana

-Vamos hijos, no quiero verlos mal, coman, aunque sea un poco- dijo Pancho

Temo y Lupe no tenían apetito, su hermano había desaparecido, no sabían donde estaba y eso les quitaba, no solo el hambre, les quitaba el sueño...la felicidad

Por parte de Pancho no era muy diferente, evitaba llorar frente a sus hijos, pero en su interior, la tristeza de no saber nada de su hijo y el miedo a no verlo mas lo tenia al borde de la desesperación, tenia ganas de salir corriendo a preguntar a cualquier persona si sabían algo, pero tenia que estar con sus hijos que aun estaban con el

Susana y Sebastian también se sentían tristes, ver a su esposo, hermanos, a su familia así los tenia preocupados, en los últimos días se habían descuidado en lo físico, en especial el mas cuidadoso y sentimental de todos, Temo

-Papa, ¿Puedo irme a dormir?- pregunto Cuauhtémoc

Pancho volteo a ver a su esposa, buscaba un consejo en la mujer que amaba, ella solo pudo dedicarle una pequeña sonrisa y asentir

-Ve...si quieres tu también Lupita- al escuchar eso, sin esperar alguna palabra mas, ambos hermanos se levantaron del comedor y se dirigieron a sus respectivas habitaciones

-Yo también me voy- dijo Sebastian antes de irse del comedor, dejando solos a los dos adultos

-Ya no se que hacer mi Susanita, cada día están aun mas mal el Temo y la Lupe-

-Ya lo se- hablo la mencionada levantándose de su lugar para ponerse atrás de la silla de pancho, abrazandolo del cuello-Pronto lo vamos a encontrar, a Julio y a Dave-

-Eso espero- hablo Pancho mientras una lágrima salía de su ojo

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