Tras recorrerse toda la mansión un par de veces sin éxito, Lydia se detiene en uno de los pasillos para descansar mientras se plantea donde más puede encontrarse con Warren; ha mirado en la cocina, en todas las salas comunes, en todos los pasillos, en la azotea, en gran parte del jardín... pero no ha encontrado al rubio en ninguno de esos sitios. Ahora la chica se empieza a replantear su estrategia.
Ella quería que su encuentro con Warren fuera de forma "casual", ya que su orgullo no le permitía tener que ir ella a buscarle cuando estaba claro que era él quien debía pedir disculpas; ahora, Lydia piensa que en realidad no tiene porque resignarse a que su amigo la busque. La chica tiene la excusa de que el rubio ha ido preguntando por ella, así que simplemente puede ir a hablar con él y preguntarle qué quiere. Sin pensárselo dos veces pone rumbo hacia la habitación de Warren con la esperanza de que esté allí, y mientras camina intenta mentalizarse para que su gesto no sea más alegre de lo que debe; aunque aún le siguen molestando las palabras que el chico le dedicó el otro día, no puede evitar echarle de menos, querer volver a hablar con él y estar igual que antes.
Cuando finalmente Lydia se encuentra frente a la habitación, se toma un par de segundos para tocar a la puerta; se replantea por un momento lo que va a decir, intenta que los nervios que siente no se reflejen en su cara, y sobre todo se pregunta si lo que está haciendo está bien o si es una tontería; pero cuando sus nudillos acaban golpeando la puerta, ya no hay vuelta atrás.
A los pocos segundos se pueden oír pasos al otro lado de la puerta, que cada vez se acercan más y más haciéndose más audibles para Lydia, que ahora nota como un ligero deseo de salir corriendo le invade; sin embargo, Warren se adelanta a ella y acaba abriendo la puerta para encontrarse cara a cara con Lydia. La chica más o menos logra mantenerse seria, pero él no puede evitar esbozar una ligera sonrisa entre su evidente sorpresa.- Me han dicho que me buscabas- se limita a decir ella.
- Eh, yo... pasa.Tras su escueta respuesta, Warren camina hacia el interior de su habitación y Lydia anda tras él, intentando imaginar todo lo que podría pasar ahora mismo. Una vez que se encuentran dentro y el chico rebusca entre algunas cosas, la joven observa a su alrededor y frunce el ceño; normalmente la habitación de Warren no es ningún ejemplo de orden y limpieza, pero se puede habitar en ella; ahora sin embargo está totalmente patas arriba, con la cama sin hacer y las sábanas echas un lío, ropa y cosas por el suelo, alguna botella vacía por ahí...
- Esto parece una leonera- comenta Lydia mientras aún pasea su mirada por la habitación.
- Gracias- contesta sarcásticamente Warren, aunque la chica puede distinguir una pequeña sonrisa divertida en su cara. Ella se contagia de esa sonrisa, pero ambos intentan ocultarla lo mejor posible.
- ¿Y bien?- vuelve a insistir la chica al ver que su amigo no vuelve a abrir la boca.Aún hay un par de segundos más en silencio en los que Warren sigue rebuscando sin mirarla, pero no tarda en girarse hacia ella, ahora con un libro entre las manos. La chica lo mira algo confusa, y el rubio suspira sonoramente antes de comenzar a hablar.
- Esto... es para ti. Creo que te gustará.
- ¿Para mi?Warren asiente tímidamente mientras tiende el libro hacia Lydia, y esta lo coge cuidadosamente y pasa a inspeccionarlo con curiosidad; es un libro grueso, de tapa dura roja y con el título en letras doradas. Simplemente por su exterior, a la chica le parece un libro atractivo para leer.
- Son varias historias, cada una es diferente. Puedes encontrar desde alguna de terror a otra de comedia, o la típica con moraleja al final- explica Warren con voz emocionada-. Yo... era mi favorito cuando era pequeño. Cuando mi padre me reñía por alguna tontería o me gritaba, solía encerrarme a leerlo y releerlo durante horas y horas, nunca me cansaba.
- ¿Este es tu libro? ¿El de cuando eras pequeño?
- No, ese se quedó en mi casa cuando me fui. Este lo encontré en la biblioteca, cuando llegué. Me sorprendió bastante que lo tuvieran, y decidí llevármelo para tenerlo aquí conmigo. Pero luego pensé que podría gustarte. Te encanta leer, y este libro tiene de todo...y en fin, quería dártelo para que ahora lo tengas tú.
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Wingless || Ben Hardy
FanfictionPara Lydia la vida parece ser una pesadilla que nunca acaba y de la cual tiene que sobrevivir día a día, enfrentándose contra todo aquel que se cruza en su camino y teniendo que hacerse respetar ante los ojos de todos para poderse asegurar un día má...