Capítulo 17. Magneto.

743 82 0
                                    

- Así que ahora además puedes crear barreras protectoras a tu alrededor, ¿no?
- Si, estoy trabajando con Peter en ello para poder controlarlos y expandirlos. La verdad es que está siendo bastante sencillo.
- Que pasada.

Lydia sonríe ante las palabras de Tormenta mientras se inclina sobre la mesa de billar para tirar su turno. Ambas se encuentran en una de las salas comunes, jugando para pasar el rato; ninguna de las dos es una experta en ese juego, pero es parte de lo que hace que ambas disfruten sin preocuparse por hacerlo bien.
Finalmente Lydia consigue introducir una bola en un agujero, y se incorpora sonriendo satisfecha mientras sigue hablando.

- Peter también cree que podría llegar a rodear a varias personas si llego a expandirlas más, pero yo creo que exagera un poco.
- Viendo todo lo que has hecho en tan poco tiempo yo ya me imagino cualquier cosa.

La chica rueda ligeramente los ojos ante las palabras de Tormenta.

- Tampoco es para tanto.
- Solo con haber conseguido que Warren se vuelva alguien amable, ya mereces una medalla- Lydia abre aún más los ojos tras escuchar a su amiga, y esta ríe al ver su reacción-. Pasáis mucho tiempo juntos, y se nota que eso es lo que le ha hecho cambiar. El otro día hasta entabló conversación conmigo en la cocina. Él nunca había dicho más de dos palabras seguidas.
- Puede que simplemente haya decidido que era momento de cambiar de actitud, no tiene porque estar relacionado conmigo- argumenta Lydia encogiéndose de hombros.
- Lo único nuevo en la mansión desde que él y yo llegamos eres tú. Así que créeme, es por ti. Ahora está mucho más alegre, y además- Tormenta sonríe de forma pícara antes de decir sus próximas palabras- no deja de ponerte por las nubes.
- ¿A mi?- responde su amiga con sorpresa, a lo que la otra asiente.
- ¿Cómo crees si no que me había enterado de lo de tus campos de fuerza?
- Yo... suponía que te lo habían contado los X-Men.
- Pues no, fue Warren. El otro día en la cocina me habló, como te he dicho, y se puso a comentarme todo lo que estabas avanzando y la suerte que teníamos al contar contigo, además de decirme lo de tus nuevos poderes.- Lydia se sonroja cada vez más según Tormenta sigue hablando, y a la vez no puede evitar esbozar una sonrisa-. Está babeando contigo.

Lydia va a intentar decir algo, pero entonces las chicas se ven interrumpidas por Charles. El profesor se acerca a ellas en su silla de ruedas con una sonrisa amable en sus labios.

- Perdonad que os interrumpa chicas, pero necesito a Lydia un momento- anuncia el hombre.

La aludida mira a Tormenta con expresión de disculpa en la mirada, y esta inmediatamente asiente con la cabeza.

- De acuerdo, ningún problema. Ya terminaremos de hablar después.

Tras decir esto y guiñarle un ojo a Lydia, la chica abandona la sala común en dirección a su habitación, y Charles junto a Lydia también avanzan por el pasillo camino al despacho del profesor.

  - Alguien quiere verte, Lydia. Ha solicitado una reunión contigo.

Tras decir esto la joven se pregunta interiormente si es para bien o para mal, pero al girarse y ver la sonrisa que aún sigue esbozando Charles, no le cabe duda de que será algo bueno. Ambos caminan lo poco que les queda en silencio, y enseguida se encuentran atravesando la puerta que conduce al acogedor despacho; en él ya se encuentra un hombre de más o menos treinta años, moreno, alto y fuerte que se pone de pie al verles entrar. Este les sonríe y Charles se aproxima a él con la sonrisa de su rostro intacta.

- Lydia este es Erik, aunque también le llaman Magneto. Fue parte de los X-Men, y ahora trabaja en colaboración con el gobierno.
- Lo de Magneto es algo un poco pasado, Charles- le dice este riendo levemente antes de dirigirse a la joven, tendiéndole la mano-. Me alegro de conocerte, Lydia. Me han hablando mucho de ti.
- Ah, ¿si?- pregunta ella extrañada mientras le estrecha la mano.
- Yo os dejo solos, chicos. Tendréis que hablar tranquilos.

Wingless || Ben HardyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora