9 Noche de consumación. TaeHyung

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YoonGi dejó a su primer esposo durmiendo. Le agradaba que, ahora que lo había poseído, el deseo por él no hubiera desaparecido. 

- Te has tardado. - Pronunció el soberano. En otras circunstancias, el príncipe se lo habría tomado como un halago, pero su padre parecía que lo decía por aburrimiento y cansancio.

- Creo recordar que fue usted, padre, quien me enseñó a que las cosas hay que hacerlas bien o no hacerlas. - Respondió. 

Después de eso, se bañó rápidamente. No quería hacer esperar más a su segundo esposo, pero no podía ir oliendo a sudor y a HoSeok, todo desaliñado en su noche de bodas.

Como hizo antes, prefirió entrar antes él solo. 

- Pero se breve. - Le pidió su padre. - Estoy cansado. Quiero irme a dormir.

Entró en la habitación sin llamar a la puerta. No estaba acostumbrado a hacerlo pues era el príncipe y ese era su palacio. Le encontró sentado en el borde de la cama, dando la espalda a la puerta.

- Siento haberos hecho esperar. - De pronto, el príncipe TaeHyung se dio cuenta de su presencia, se levantó de la cama nervioso, casi asustado y terminó alejándose hasta dar con la espalda en la pared. Llevaba desatado el lazo de su kimono y se lo cerró con las manos fuertemente. Tenía la expresión como de haber hecho algo malo. - ¿Qué os ocurre? - Preguntó acercándose despacio. YoonGi le cogió de las manos. Una de ella estaba fría, la otra caliente. TaeHyung apartó de él la mano caliente y, por el gesto, el kimono se abrió un poco. Fue sólo un instante, pero YoonGi vio que estaba muy ligeramente duro.

- Lo siento. - Pronunció TaeHyung bajando la cabeza. - Yo sólo quería estar preparado pero... - Entonces YoonGi lo comprendió. Había estado masturbándose y no había logrado excitarse bien por los nervios.

- Cálmaos. No habéis hecho nada malo. - Intentó tranquilizarle. Le invitó a sentarse en la cama y se sentó con él. - Es vuestra primera vez, ¿verdad? - El joven príncipe tuvo que asentir. - No tengais miedo. No os haré ningún daño. - Acarició su mejilla con delicadeza. De cerca, TaeHyung tuvo que reconocer que su esposo era atractivo, pero YoonGi no estaba menos obnubilado. - Cuán bien debí hacer en una vida pasada que me recompense con un esposo tan dulce y bello. - TaeHyung sonrió tímido al halago. YoonGi se levantó y fue a encender dos velas. Él sabía que su aroma tenía efecto calmante, casi narcótico. Luego cogió uno de los frascos que los sirvientes habían dejado en la mesilla y volvió a su lado. Vertió un poco del contenido en su mano y la entrelazó con la de TaeHyung. Acariciándole y jugueteando con sus dedos. - ¿Os resulta agradable? - Preguntó.

- Es muy suave. - Respondió.

- Sí. Este aceite tiene una buena textura y ayuda a relajarse. - YoonGi se levantó y quitó sus ropas, TaeHyung bajó la cabeza avergonzado por ver su desnudez. No importaba. YoonGi estaba muy lejos del limite de su paciencia. Los gestos de TaeHyung sólo le parecían adorables. Quitó la luz del quinqué, con las de las velas era suficiente. TaeHyung empezaba a sentirse más cómodo y permitió que su reciente esposo le quitara su kimono también. Los besos de YoonGi empezaron suaves en su cuello y continuaron de la misma forma cuando se recostaron. Esparció el aceite con un suave masaje de mil caricias por la perfecta piel del más joven. Cada vez que se acercaba a una zona delicada, TaeHyung se tensaba y YoonGi volvía a acariciarle para calmarle.

- Yo... - Titubeó.

- Shhh. Sólo relájate. - Así, muy poco a poco, YoonGi consiguió introducir un dedo en su esposo sin que a este le diera un infarto. El príncipe se dejó llevar más fácilmente desde entonces. El aceite, las velas y la actitud de YoonGi hacían efecto. Dilataba su cavidad con dos dedos de forma intensa, pero sin atisbo de violencia, cuando la puerta se abrió. TaeHyung se tensó del todo y se alejó de YoonGi haciéndole sacar sus dedos de forma brusca. - Padre. Aún no os pedí que entrarais. - Se quejó el príncipe heredero.

- No tengo intención de estar toda la noche en vela, hijo mío. - Pronunció con voz severa. - Además, parecíais a punto de consumar. Sólo será un momento.

- El príncipe no está cómodo, padre. - No es como si él lo estuviera realmente pero no era lo mismo. - Denos más tiempo. - Pidió.

- No es para tanto, YoonGi. Acaba de una vez. Estoy cansado.

YoonGi se volvió a TaeHyung e intentó volver a relajarle, pero TaeHyung ya estaba lejos de su anterior estado.

- Cerrad los ojos. - TaeHyung negó, no quería hacerlo. - Padre... Esto es demasiado para él. ¿No podríamos dejar la consumación para otro día?

- ¡Qué tontería es esa! - Exclamó el soberano JungKook. - La noche de consumación es la noche de la boda. ¿Acaso crees que los anteriores reyes de este reino no estuvieron en la misma situación? Nadie a muerto de la vergüenza, hijo. - El consorte real JiMin, quien veía la escena junto al rey, el consorte real Jin y otros nobles, tiró de la túnica de su esposo.

- Sed piadoso con él. - Le rogó.

- Sólo estoy pidiendo una penetración. No es para tanto.

YoonGi no podía hacer otra cosa, su padre era un fiel protector de las tradiciones. Usó su cuerpo para tapar el de TaeHyung cuanto pudo y, poniendo mucho más aceite en su mano, volvió a dilatar a TaeHyung. Estaba tan nervioso que no era capaz de facilitar la intrusión. Se limitó a esconder el rostro en la almohada sintiéndose horrible. YoonGi sabía que si lo alargaba más sería aún peor, así que, cuando TaeHyung empezó a sollozar, sacó sus dedos y le habló con mucho cariño.

- Perdóname. Sólo será un momento. - Le dio un beso en la sien y se introdujo en él todo lo suavemente que pudo. Permaneció sin moverse mientras les dejaban solos de nuevo y TaeHyung temblaba en sus brazos. Salió de él tan suavemente como había entrado y le abrazó para consolarle. - Ya ha pasado todo.


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ANTES DE PASAR AL SIGUIENTE CAPÍTULO:

Estamos comprobando las raras tradiciones que tiene este peculiar reino inventado. Así que ahí va mi pregunta de hoy. ¿Cuál es la tradición más rara que hay en vuestro país o una región de este?

Yo os cuento que aquí en España tenemos celebraciones raras de todo tipo. Según que pueblo les da por hacer batallas arrojándose vino, tomates o harina un día al año. Pero la más rara de todas, para mí, es la Romería de Santa Marta de Ribarteme, que se celebra en un pueblo del noroeste del país, en la que unas personas que piden un milagro a la virgen para curar una enfermedad o quieren darle gracias por algo que haya ocurrido ese año, se meten en ataúdes y son cargadas por sus familiares en procesión. Un show, vamos. Os dejo una foto.

Ahora cuéntame una que tú recuerdes de tu país!!!!

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Ahora cuéntame una que tú recuerdes de tu país!!!!


Os informo también de que HEMOS LLEGADO A LOS 1000 SEGUIDORES!!!!!!!!!!!!!!!!!  Y como prometí, ayer publiqué un nuevo One-Shot para celebrarlo. Se llama UNA NOCHE POR DESPECHO. Espero que os guste mucho y le deis amor!!

Muchas gracias!!! Un besazo!!!!!


DINASTÍA  [Múltiples shippeos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora