63 El dolor de perderte

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No hay nada más doloroso que perder a un hijo. YoonGi apretaba los puños para no llorar. BoRa, sin embargo, ni siquiera había intentado aguantar las lágrimas. No habría podido. Acunaba a su pequeño entre sus brazos mientras lloraba. En la carta traida de Baekje estaban muy claras las cosas. Sólo BoRa podría acompañar a la pequeña Sunny a su nuevo hogar. En tres años, Bora no volvería a ver a su hijo y YoonGi no volvería a ver a su hija.

- Lo siento, mi pequeña Sunny. - YoonGi acarició al bebé de la cuna y esta, por puro reflejo, agarró el meñique de su padre con todas sus fuerzas mientras dormía. Y YoonGi apretó más aún su otro puño, clavándose las uñas en la palma para no llorar. - Quizá puedas perdonarme algún día, mi dulce princesa de Silla. Cuando seas mayor, tal vez entiendas que he entregado tu destino para salvar el del reino. - Le susurró. - Y ojalá encuentres la felicidad allí en Baekje. Y serás princesa de Baekje. La más hermosa, inteligente y dulce jovencita que hayan visto en ese país lejano. - Dijo acariciando su mejilla. - BoRa. - Llamó la atención de su concubina, a la que también perdería en ese tiempo acordado. - Tenemos que inventar un codigo. Alguna forma en la que puedas decirme en cartas, sin que nadie sospeche, si os va bien o tenéis algún problema. - Ella asintió.

- Y se lo enseñaré a nuestra pequeña princesa en cuanto aprenda a escribir. - Aseguró. - No te preocupes por eso. Vivamos donde vivamos, mientras yo me mantenga a su lado, ella seguirá siendo una hija de Silla. La educaré bien y será conocedora de nuestras costumbres y...

- BoRa... eso no importa. Sólo asegúrate de que sea feliz y, si puede ser, de que no me odie por mandaros lejos. - Suplicó. - Eso sería lo único que yo pediría, mi querida BoRa.

- Así lo haré. - Dijo apretando a su primogenito contra su pecho. YoonGi suspiró.

- Tres años. - Pronunció con tristeza. - Aún nos queda mucho tiempo y, aún así, pasa tan rápido.

- Es tan pequeño. - Sollozó la joven. Era un sacrificio personal. En nada repercutiría en la vida de nadie más que en la de ellos.

- No te preocupes, BoRa. Será un lugar nuevo, será un reto, pero una mujer tan fuerte y valiente como tú sabrá apañarselas. - Formuó con cariño. - Han prometido cuidar de vosotras dos. El rey de Baekje no mentiría en eso. - Ella asintió no mas calmada. - Mi querida BoRa. - Se acercó a ella y le besó en la frente. - Cuanto lo siento. - Perder a su concubina tampoco sería fácil. Él bien sabía que, aunque pasara desapercibida, la concubina real siempre había sido un apoyo seguro para su padre. Ella le había educado como madre y como mujer. Por ella había conocido conceptos como la piedad, la delicadeza y sutileza de las cosas, algo que su padre nunca había tenido tiempo de enseñarle. BoRa debía haber tenido ese destino. - Tú lugar estaba a mi lado. No puedo creer que las cosas se hayan torcido así.

- Alteza, no se preocupe por mí. - Pidió. - Yo siempre he estado orgullosa de ser hija de Silla y, aún más, de tener el privilegio de ser digna de ser su concubina y ser entregada a usted.

- Calla, BoRa. - Dijo abrumado. - Mi gentil muchacha. - Pero ella desobedeció su pedido.

- Cuando me bendijo con, no sólo uno, sino dos hermosísimos hijos, supe que no había mujer más dichosa en toda Silla. - Aseguró. - Es un honor seguir sirviendo para un bien mayor que yo misma. No temo el viaje, ni la vida allí. Seguiré siendo hija de Silla, allá donde esté. Y sé que vos cuidaréis del pequeño heredero de Silla. Y que, bajo vuestro cuidado será un gran heredero para Silla y un buen hombre

- Entonces, ¿qué temes, querida?

- Temo que nunca sabrá quién es su madre y Sunny no recordará el rostro de su padre. - Lloró. YoonGi la mantuvo entre sus brazos. - Con tres años. Criarse sin uno de sus padres...

DINASTÍA  [Múltiples shippeos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora