El primero fue Jin. Una noche se despertó envuelto en sudor y jadeando con fuerza. JiMin, a su lado, se despertó adormilado.
- ¿Ocurre algo, Jin? - El consorte real necesitó un momento para calmarse. JiMin esperó paciente mirándole preocupado.
- Sólo ha sido una pesadilla. - Consiguió pronunciar. Cuando miró a JiMin, éste se dio cuenta de que tenía lágrimas en los ojos. JiMin se incorporó un poco y apresó su rostro entre sus manos.
- Tranquilo, Jin. - Dijo limpiando sus lágrimas. - Estás en casa. Todo está bien.
- Sí, yo estoy en casa. - Recordó. - Pero ellos no. - Entonces JiMin comprendió el motivo de sus malos sueños. Le abrazó con fuerza y dejó que Jin llorara silenciosamente en su hombro.
- Están bien. Estoy seguro. - Mintió. ¿Cómo iba a saberlo si no estaba menos asustado que su mayor?
Otra noche fue TaeHyung quien se despertó temblando. La cama era enorme y TaeHyung tenía la costumbre de abrazar a lo que o a quien tuviera junto a él mientras dormía. HoSeok seguía enfadado con él, así que mantenía la distancia y dormía en el lado opuesto de la gran cama. Sin embargo, se alertó al sentir cómo se levantaba su compañero.
- ¿Tae? - Pronunció adormilado. - ¿Te encuentras bien? - Le oyó llorar. - Tae...
- Estoy bien. - Dijo limpiándose las lágrimas.
- No, no lo estás. - Aunque estuviera enfadado con él por considerar que estaba traicionando a YoonGi, no era motivo para ignorar a una persona que sufría junto a él. Menos aún a una persona con la que compartía un lazo tan inevitable. - ¿Has tenido una pesadilla?
- Sí. - Confesó en un pequeño quejido.
- Vamos. Acuéstate de nuevo. Sólo ha sido un sueño. - Habló con cuidado. Esperó a que TaeHyung se recostara de nuevo y se acercó desde el otro lado de la cama para arroparle. - Cálmate. - Se acostaron frente a frente. - ¿Qué te ha perturbado tanto, Tae? ¿Monstruos? ¿Fantasmas? Cuéntamelo. - Por alguna razón, TaeHyung no dejaba de llorar. No podía tranquilizarse.
- No volvían. - Dijo entre llantos sin poder explicarse mejor.
- ¿De qué hablas?
- En mi pesadilla... ellos no regresaban a casa. - Volvió a decir tembloroso. Entonces HoSeok lo comprendió. Abrió mucho los ojos por la sorpresa y rápidamente le abrazó.
- No te preocupes. Seguro que están bien. - Le aseguró. - Ellos no van a abandonarnos. Todo irá bien. - Acarició su cabello intentando tranquilizar a TaeHyung. - Ya lo verás. Pronto volverán. - Pronunció intentando convencerse a sí mismo.
Otra noche más, la mitad del palacio se despertó al oír el alarido que cortó el silencio sepulcral que se extendía en el lugar a esas horas de la noche. Jin despertó con el pecho encogido por el susto, pero pronto se recompuso para centrarse en JiMin.
- Cariño, tranquilo. Ven aquí. - Rápidamente le abrazó contra su pecho refugiándole entre sus brazos. - Ya está. Cálmate.
- ¡Majestades! ¡Consortes reales! - Les llamaron sus sirvientes y guardias desde el otro lado de la puerta. - ¿Podemos entrar? ¿Se encuentran bien?
- Todo va bien. Váyanse. - Les ordenó Jin. Claro que no debió sonar muy convincente con los gritos angustiados de JiMin de fondo. - Idos. - Cuando sólo se escuchaban los gritos del consorte real, Jin dejó de acunar a su compañero. - Calma, mi querido JiMinnie. Serénate, amor.
- Todos ellos, Jin. - Sollozó desesperado contra su pecho. - NamJoon. JungKook. Nuestro pequeño YoonGi. - Lloró desolado. - Todos... ¡todos estaban muertos! - Gritó aterrado sin poder dejar de llorar a alaridos.
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DINASTÍA [Múltiples shippeos]
FanficCorre el año 576 dC y los tres reinos de Corea: Silla, Goguryeo y Baekje parecen muy cansados de luchar. Silla ha ganado una gran fuerza en las últimas décadas y su rey, JungKook, arregla el matrimonio de su único hijo, YoonGi, con los hijos de los...