Capítulo 6

1.4K 155 26
                                    


6


Abrió sus ojos, los ronquidos de Inuyasha se escuchaban en la habitación, se reincorporo con precaución de no despertarlo, tomo su celular de la cómoda a su lado. Lo prendió y un recordatorio apareció en este. Se puso de pie y se dispuso a cambiarse, Inuyasha y ella al llegar a casa solo se acostaron en la cama y se abrazaron en silencio, hasta que el sueño les llego a ambos.

Se peinó con sus dedos y salió de la casa, la mañana estaba un poco fresca, se acomodó la bufanda en su cuello y empezó a caminar. Hoy se cumplía un mes más de la muerte de su familia, no había podido ir los anteriores meses, porque justo ese día caía un día de semana y trabajaba, en cambio, hoy era sábado y podía ir. Eran las 8:00 de la mañana, no se preocupó por Inuyasha, él dormía mucho los fines de semana.

Llego al cementerio, antes de entrar le compro a una florista un ramo de rosas blancas, las favorita de su madre. Entro, el cementerio estaba rodeado de césped verde recién regado, rodeo la capilla del cementerio y camino por el camino de cemento, mirando con curiosidad, algunos nombres y años de personas fallecidas, no entendía él porque pero eso siempre le había llamado la atención.

Unos 200 metros de caminata más y ya había llegado a las tres lapidas de su familia, un árbol al frente cubría como una sombra a las tumbas. Se arrodillo en medio de las tres, antes de empezar su móvil vibro.

De: Inuyasha

Cariño ¿Se puede saber en dónde estás?

Sonrío, estaba lista para contarle sobre sus padres.

Para: Inuyasha

Estoy en el cementerio Sekai, si quieres puedes venir.

La respuesta llego casi de inmediato.

De: Inuyasha

Estoy en camino.

Guardo su móvil y se acomodó en frente las lapidas.

-Mamá, papá, hermano... conocí a un chico, se llama Inuyasha él es, muy especial para mí. Tiene su humor muy particular y bipolar, es algo egocéntrico, terco, bromista, pícaro; puede ser eso y más, pero es muy amable y se ha preocupado por mí sin tener ningún compromiso. Me negaba a quererlo porque no quería que se convirtiera en alguien esencial en mi vida, la razón era porque tenía miedo a que se fuera, se alejara de mí y yo quedase sola nuevamente. Lo quiero, y me arriesgare a lo que sea, si se aleja tratare de ser fuerte y superarlo – tomo el ramo entre sus manos y lo repartió en tres, le dejo una parte a su mamá, otra a su hermano y por ultimo a su papá.

- Los extraño mucho, me hacen mucha falta. También he conocido a gente muy buena y otras no tanto, Kaede me recuerda a la abuela Tsubaki, canosa, un poco parlanchina, pero amable, ella es mi jefa en la cafetería en donde trabajo, ha cuidado muy bien de mí. Después esta Sarah y Yuka son muy buenas compañeras de trabajo, a Sarah le he caído muy bien y ella a mí, Yuka también me ha caído bien pero yo no... pero creo que le he llegado un poco – guardo silencio y se recargo en el tronco del árbol, mirando las lapidas y por último el cielo, esta mañana el cielo estaba cubierto de nubes blancas, otras de un leve color gris, hoy llovería.

-¿Cariño? – busco con su mirada el origen de la voz.

Sonrío en cuanto lo vio de pie a unos centímetros de ella, se corrió un poco de su lugar invitándole a sentarse a su lado.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora