T2 Capítulo 10

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T2 Cap 10 

Dejo en un golpe seco y brusco su vaso de vodka en la barra de su casa. Sus ojos estaban rojos a causa del alcohol, su cabello revuelto a causa de unos tirones a propósito. Era un cobarde, estaba enamorado de su amiga la azabache que pronto dejaría de ser su alumna pero... era un cobarde por no poder pelear por ella, simplemente nuevamente la había dejado en brazos del famoso cantante.

El mensaje que le había enviado a Kagome era toda una mentira, él no tenía nada que hacer, no tenía nada que impidiera pasar la noche con ella. Se encontraba del otro lado de la calle con sus manos ocupadas de un regalo y de los acompañamientos para la cena que tendrían, pero... en ningún momento se imaginó ver a Inuyasha Taisho en la puerta, besando a la chica de la que él gustaba.

Por un momento se le cruzo ser hipócrita y sin ninguna vergüenza llegar a la puerta y presentarse con su mejor sonrisa falsa frente a ellos, hacerle una noche imposible al peli plata al ver que él, tenía mucho más en común con ella que el mismísimo Inuyasha Taisho. Pero no, lo pensó dos veces antes de lanzarse, no quería lastimar de ninguna manera a la azabache, por lo que, simplemente se dio la vuelta y se subió a su coche marchándose y enviándole el mensaje en un semáforo en rojo con el pretexto de tener algo en su agenda.

Pero ahora, con el alcohol en sus venas, se arrepentía de su anterior decisión, quería decirle en la cara a Inuyasha Taisho que él estaba enamorado de Kagome, que ambos tenían mucho en común, que congeniaban, pero sobre todo... que no la lastimaría como él lo había hecho en el pasado.

Se tomó su decimoquinto vaso de vodka puro de un trago, quemando su garganta al paso de aquel liquido caliente. Sabía que debía detenerse, pero... la furia y frustración por su cobardía lo obligaban a seguir.

-¡Hey, estúpido! – la voz de su hermano menor con tono de reproche le hizo voltear los ojos con fastidio.

-Vete...- mascullo.

-Son las cuatro de la mañana, detente, pareces un zombi con muy mal olor – su hermano se sentó en una banqueta a su lado en apoyando un brazo en la barra y mirándolo de costado con reproche.

-¿Cuándo has escuchado de un maldito zombi con buen olor? – exclamo en un balbuceo poco entendible a causa de la borrachera.

-¡Aja! ¡Admites que eres un zombi! –grito casi en su oído.

-¡No grites! – mascullo con los dientes apretados mientras frotaba su oído – Vete Jakotsu.

-¡Ay hermanito! – gimoteo con su actitud de siempre, algo afeminado... algo.

-¡Que no grites!

-¿Qué te pasa hermanito? ¿Pareces... desairado? ¡Oh dios mío!

-¡Ya enserio! ¡Cállate!

-¡A mí nadie me calla! Así que respóndeme ¿Qué te pasa? – con seriedad se le mostró.

-Jakotsu, me gusta una...alguien...

-¡Alabado seas! ¡Ya pensaba que te gustaba que te den por la retaguardia! – Bankotsu le miro con molestia – Mi anhelo de tenerte en mi bando se ha esfumado – con drama Jakotsu soplo por encima de la palma de su mano despidiéndose de algo imaginario volando.

-¿Quieres que hable o no?

-Ya, ya... me calló – con su mano hizo un cierre imaginario en su labios cerrándolos – Te gusta una...

-Me gusta una amiga...

-¿La que está por publicar un libro? – Jakotsu recordaba que su hermano de confianza le había contado sobre la misteriosa chica. Bankotsu asintió y siguió hablando.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora