Epilogo

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- ¡Cariño  donde estás! ¡La niña no deja de llorar! -  el grito en pedido de ayuda de Inuyasha ae escucho en toda la casa, con una bebé en sus brazos meciendola, una bebé que no dejaba de llorar - Gritona como tu madre tenías que salir heee...

- ¿Qué dijiste Inuyasha?  - en la puerta de la habitación la voz de su esposa lo sobresalto.

- Que...hermosa como su madre salió...- sonrió nervioso el peli plata.

-¿Para qué me llamaste? Estaba descansando...me dijiste que podías con la niña...- chilló Kagome agotada, sus ojeras bajo sus ojos eran la prueba de ello.

- Lo dije, cierto...pero no sé que quiere, ya le cambié el pañal, hace quince minutos le diste la leche...¡Con ningún juguete costoso se entretiene!

- Inuyasha...Moroha a penas tiene un mes, no creo que sepa todavía entretenerse con los juguetes que le compraste...- Kagome miro a su alrededor, hasta habían juguetes enormes que se pondrían usar con tres años o más.

- Cariño...ya sé que estás cansada, desde que nació Moroha no pudiste descansar bien...

- Me levanto en la noche a atenderla debido a que alguien tiene el sueño pesado - asintió Kagome acercándose a su esposo.

- No es mi culpa, yo ya soy así...- respondió Inuyasha observando como su azabache empezaba a susurrarle a la pequeña en sus brazos.

- A ella le gusta escucharte calmado, habla con ella o...cántale...

- Hace mucho que no canto...- murmuro Inuyasha tomando asiento en la silla mecedora y acomodó a la pequeña acostandola sobre su pecho.

- Pues...realiza tu debut con tu hija amor...- Kagome  se sentó en el piso alfombrado mirando a su esposo e hija de manera anhelante.

- ¿Sabes? No pido nada más...que estar entre tus brazos y huir de todo el mal, que ha todo he renunciado por estar junto a ti...Cuando llegaste tu te metiste en mi ser, encendiste la luz me llenaste de fé. Tanto tiempo busque pero al fin te encontré, tan perfecta como te imagine...

Kagome se hecho en el piso mientras apoyada con un brazo y sosteniendo su cabeza con una mano miro a su peli plata y a su pequeña primogénita en los  brazos protectores de su padre. Sonrió enamorada y maravillada con la vida que se encontraba viviendo después de tantas dificultades que había pasado hace años. Agradecida por conocer al peli plata y por la vida que tenía a su lado desde que lo conoció.

Después de anunciar su embarazo a la familia, Izayoi organizo la boda de manera apresurada y en el periodo de un mes ya se encontraba caminado hacía el altar del brazo de su suegro, Inu No. La razón del casamiento apresurado era su embarazo, la idea de Izayoi era casarse antes de que la panza de embarazada se le notará. 

A pesar de ser una boda privada y con muy pocos invitados la noticia sobre ese evento se filtro y hubo unos cuántos fotógrafos al terminar la ceremonia, pero eso era de lo de menos.

La mansión de cinco pisos de Inuyasha fue vendida, edificaron una casa "normal" de dos pisos y con el toque hogareño que Kagome deseaba, era grande, con muchas habitaciones pero solo de dos pisos para alivio de todos los invitados.

Los meses pasaron, el humor de Kagome era más bipolar que Inuyasha a penas podía soportar pero con amor y paciencia paso de manera victoriosa ese período de embarazo de su esposa. Después de haberse casado pospuso sus proyectos de viajar hacía el extranjero quería permanecer junto a su azabache el resto del embarazo y experimentar esa increíble sensación de prepararse para la paternidad...una aventura dolorosa pero encantadora.

Inuyasha recostó a su pequeña hija en su moises, ya estaba completamente dormida y tranquila, al parecer cantarle era la solución para su deacanso. Giro y miro a su esposa dormida de manera profunda en el piso alfombrado de la habitación de su hija. Se recostó a su lado abrazándola y sonriendo cuando está se acorruco contra él.

- Cuando llegaste tu te metiste en mi ser, encendiste la luz me llenaste de fé. Tanto tiempo busque pero al fin te encontré, tan perfecta como te imagine...

Inuyasha recordó de manera orgullosa pero dolorosa como su esposa justo en el momento en que se encontraba en labor de parto ella no dejaba de llorar de manera desconsolada llamando a su madre pidiendo que estuviera a su lado dándole consejos y apoyó, lloro en su pecho y él se sentía impotente...ella necesitaba en esos momentos a su madre y él no podía hacer nada más que simplemente acompañarla en su dolor y consolarla.

Luego llego Izayoi, su madre que se había comportado con su esposa como una para su azabache aconsejandole y ocupando ese lugar vacío en la vida de ella, Izayoi había ocupado el lugar de madre para Kagome.
En la sala de parto Kagome junto con Izayoi e Inuyasha pudo dar a luz a la primera niña Taisho y nieta y sobrina de la familia volviendo ese día festivo para todos sus conocidos y fieles fanáticos.

- Inuyasha...

- ¿Sí? 

- Tengo hambre...

- Vamos a la cama y me dices que quieres...

- A ti...te quiero a ti...

- Ouh...que respuesta más sorpresiva cariño - Inuyasha siguió abrazado a ella sintiendo como vibraba a causa de una risa.

- Hay que terminar de empacar, Rin esta cerca de la fecha y hay que llegar a Japón...

- Cierto...

Después de un mes que Kagome había anunciado su embarazo, Rin después de la boda de ellos, solto la bomba de que estaba embarazada haciendo que su esposo Sesshomaru se desmayara, de la misma manera que Inuyasha cuando le dieron la noticia de que sería padre.
Pero no fue un desmayo, el segundo sucedió cuando Rin le informo que eran dos los bebés que esperaba ¡Sorpresa, sorpresa!

- Gemelos...- murmuro Inuyasha.

- Gemelas...- corrigio Kagome.

- ¡Ay!  Más niñas...a los que tendremos que ahuyentar...

- Cuidarlas...hay que cuidarlas amor...

- Protegerlas...a mis sobrinas y a mí hija y esposa, te amo cariño...

- Te amo Inuyasha.

- ¿Sigues teniendo hambre? - en tono malicioso soltó.

- De ti...siempre.

- Entonces vamos antes de que Moroha despierte - de manera rápida Inuyasha se puso de pie ayudando a su esposa a imitarlo, dejaron un camino de risas divertidas hasta su habitación mientras empezaban a explorarse íntimamente una vez más.

La soledad de ambos quedó olvidada y enterrada en lo más  profundo de su ser, el destino de Inuyasha y Kagome se encontraron para convertirse en uno solo, para unir sus vidas y corazones, para compartir cada una de sus aventuras juntos en compañía de sus seres amados.

Fin.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora