T2 Capítulo 14

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T2 Cap 14

Ya habían pasado tres semanas desde su entrega de diploma, después de aquel tiempo Kagome no había vuelto a tener contacto directo con su amigo el moreno, tampoco se sentía cómoda saludarse y hablar por chat. Ya no se sentía cómoda, es más, cada vez que pensaba en él o lo veía sentía una enorme presión sobre ella.

Después de aquel día, las teorías y falsos rumores sobre la reconciliación de Inuyasha con Kagome invadieron las revistas, los programas de chismes y las bocas de-prácticamente- todo el mundo. Inuyasha había recibido varias propuestas para que le realizaran una entrevista de acuerdo a aquello pero él las había rechazado, no quería hablar sobre su relación y Kagome estuvo de acuerdo.

-¿Nos acompañaras Kagome? – la cabeza de Rin apareció en el lumbral de la habitación de Inuyasha.

Sango, Rin e Izayoi irían a realizar las compras obligatorias para la fiesta de navidad, que pasarían en la mansión de su peli plata. La gran mansión ya estaba decorada desde el tercer piso hasta la planta baja con las manos solo de las mujeres porque si los hombres ayudaban, las decoraciones no habían alcanzado porque ellos la habrían roto.

-Bajo en 5 Rin – le respondió con pereza tirada en la gran cama matrimonial de Inuyasha.

Hace una semana Inuyasha ya había empezado a concurrir a la discográfica dispuesto a seguir con su carrera musical, se marchaba en las tardes después de almorzar y volvía antes de la cena al mismo tiempo que Sesshomaru, Inu No y Miroku que trabajaban en la sede de California durante el tiempo que estarían allí.

Suspiro, el centro estaría llenísimo, todos comprando a último momento.

Se puso de pie poniéndose solo sus zapatillas, cogió su billetera y así vestida como estaba empezó a bajar las escaleras. Vestía un pantalón negro ancho, junto con una camiseta mangas largas azul de su novio y su cabello sujeto en una alta coleta despeinada dejando libre su flequillo y ni una pisca de maquillaje, como ya era habitual.

-No sabía que aquí habitaba un ermitaño – con sarcasmo Sango comentó a la espera del final de las escaleras, a comparación de Kagome, Sango lucía calza negra, zapatillas y un abrigo ajustado en su cintura.

-Una ermitaña muy linda, por cierto – dijo Kagome llegando al final de las escaleras.

-Ya, enserio ¿Qué es toda esta facha? – la señalo de pie a cabezas.

-Agradece que la flojera no impide que me dé un baño– se encogió de hombros y camino hasta la puerta de entrada y salida de la mansión, cogiendo del armario a su lado el rompe vientos de su pareja, afuera estaba nevando - ¿Nos vamos?

-Sí, Iza y Rin ya están en el coche – avanzó y siguió por detrás a Kagome quien ya había salido de la casa. Detrás del volante estaba Rin y a su lado Izayoi como copiloto, tomo asiento detrás seguida de Sango.

-¡Hey querida! ¿Y esas fachas? – pregunto Izayoi.

-Simplemente no tengo ganas de cambiarme – le dio una sonrisa – Creo que estoy demasiado relajada, hace mucho no lo estaba – reflexiono un poco mirando la nieve caer por la ventanilla.

-Eso es bueno, relájate entonces – y el auto se puso en marcha de camino al centro de la ciudad, en busca de todo lo necesario para la fiesta que se aproximaba en unos días.

°°°

Compraron ropa, comieron un poco de comida, compraron algunos ingredientes faltantes y algunos regalos. El centró se encontraba repleto de gente que hacían lo mismo que ellas... comprar todo lo necesario a último momento.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora