Capítulo 30

1.2K 125 20
                                    


30

°°°

-¡Has lo que sea, amenázalos, diles que lo demandaremos! ¡Cosa que haremos! ¡Pero has que se vayan, necesito ir a buscar a Kagome! – con furia grito Inuyasha a Shippo, quien ya estaba harto de la actitud de su amigo.

-¡¿Por qué crees que no ha respondido a tus llamadas?! – quería ser duro - ¡Porque no quiere hablar contigo y seguro menos verte! ¡Déjala en paz, deja que se tranquilice! - le grito de la misma manera.

-Tengo que ir a buscarla, no puedo dejar que se vaya así, la necesito – murmuro solo un poco más tranquilo, escuchando las verdades de su amigo.

-La perdiste Inuyasha – no quería ser duro Shippo, pero sabía que era la verdad y se la tenía que hacer ver a su amigo.

-Y quiero recuperarla, por favor Shippo, haz algo – rogo, no había dormido completamente nada desde ayer, no había parado de caminar por toda la casa marcando al número de su azabache, quien no cogía sus llamadas.

De su casa no podía salir porque los reporteros no se iban, no se marchaban, estaban ansiosas por una entrevista con él. Todo eso le enfurecía, rompió todo lo que se cruzaba en su camino siendo Midoriko quien en silencio y sin mirarlo, limpiaba todo su desorden. Tampoco había comido nada, no había probado nada líquido ni nada sólido.

Shippo sin decir nada, sacó su celular del bolsillo y empezó a realizar llamadas a las empresas de cada reportero fuera de la casa del peli plata.

Tres horas después, no había rastro de ningún reportero. Había realizado una amenaza de juicio hacía las empresas llamadas, logrando el miedo en ellos y haciendo que los reporteros enviados por una exclusiva con Inuyasha Taisho, abordaran su trabajo con él.

Inuyasha siguió intentando llamar a su azabache, pero ella seguía sin responder. Él también recibía llamada de su madre, Sango, su padre, su cuñada y hasta de Miroku, pero él no respondía a ninguno.

-¿Tienes idea de donde puede estar? – Shippo apareció en la sala, Inuyasha tenía su mirada fija en la pantalla de su celular.

-En su casa, es el único lugar – murmuro sin despegar su mirada, mensajes y más llamadas entraban a su celular, pero ninguno de aquello era de Kagome.

-Sí está ahí y no teja entrar ¿Volverás?

-Tengo lo llave – recordó, Kagome había dejado la llave de su casa en el posa llaves de la entrada.

-Inuyasha... respeta su decisión – duramente dijo Shippo sin dejar de mirarlo.

-La respetare, pero no dejaré de intentar – dejo en claro a su amigo poniéndose de pie y listo para ir en su búsqueda – Sé que la cague, pero no dejare de intentar...

Sollozo y derramo lágrimas, tal y como había hecho todo el día de ayer y hoy... de apoco, se estaba viniendo abajo.

°°°

Bankotsu había llegado con toda la intención de hacer sentir bien a la azabache, de animarla y recientemente una misión más, hacerle comer porque a su vista, ella no había probado bocado desde hace rato.

-Estoy bien, no tengo hambre Bank – murmuro rechazando por quinta vez el intento de dar una mordida a la hamburguesa.

-Oye, será mejor que comas, sino para la foto de tu libro te verás delgaducha Kag – divertido le soltó.

Bankotsu se había tomado las molestias de limpiar la mesada y de lavar unos vasos y platos para poder comer, ya que estaban llenos de polvos.

Kagome no se veía como siempre. Sus ojos se encontraban opacos, en sus labios ya no había esa sonrisa suya de siempre, sus mejillas naturalmente rosadas ahora estaban pálidas. Sabía que todo aquello, la consecuencia tenia nombre y forma y él solo quería darle una golpiza por haber roto a Kagome.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora