T2 Capítulo 8

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T2 Cap 8

Inuyasha como espectador a la lejanía, tensaba su mandíbula y no dejaba de mirar ceñudo la escena o más bien al moreno. Cerró sus manos en forma de puño con fuerza, su corazón se estremeció al ver la forma con la que él le miraba y como ella, con inocencia le correspondía con gracia.

El moreno la miraba con ojos brillosos, como él miraba a su azabache, justo como él la miraba. Bankotsu estaba enamorado de Kagome ¿Acaso ella lo sabía? ¿Habían empezado a ser algo? No, no quería pensar en aquellas teorías la cual solo hacía que su corazón no parara de latir de temor.

-Aún no cenaste ¿Cierto? – escuchó decir al moreno.

-Comí una barra de cereal – se encogió de hombros Kagome.

-Eso no es comida preciosa – reprocho –Vamos a cenar, yo invito... hamburguesas – la tomo del brazo empezando a jalarla hasta la salida, pero Kagome se resistió y se terminó por soltar.

-La oferta suena tan tentadora, enserio que es tentadora – aclaró – Pero, no gracias. Quiero terminar la ornamentación ahora, no quiero volver a llevármelos a mi casa. Estoy cansada y si termino esto hoy ya no tendré que quedarme hasta tarde – Kagome extrañaba ya a Inuyasha, no lo había visto en cinco días y eso ya era mucho desde que se volvieron a ver.

-¿Acaso tienes asuntos personales que no quieres estar aquí? ¡Y eso que yo te hago compañía!

-Pues de hecho...- Bankotsu la miro, sabía lo que diría.

-No digas nada – no quería volver a escuchar el nombre del peli plata de la boca de la chica de la que estaba enamorado, Kagome le sonrió tristemente – Traeré comida aquí entonces.

-No, Bankotsu, enserio. Ve a tú casa, yo estoy bien – Kagome lo animo mientras lo empujaba hasta una puerta de salida cerca de ellos.

-Está bien, está bien preciosa – Bankotsu alcanzó a coger su maletín y seguir siendo empujado por Kagome, dando media vuelta en el lumbral y plantándole un beso en la mejilla – No te olvides de mañana, tendremos para el rato, suele tardar y es algo cansador así que llevare café – informo después del beso y de recibir un reproche de parte de la azabache.

-Café con leche por favor – Bankotsu asintió con una sonrisa.

-Nos vemos preciosa y no te vayas tan tarde – y con aquella advertencia se marchó del salón empezando a alejarse por el campus.

Kagome dio media vuelta y se adentró nuevamente al interior del salón, poniéndose en frente de un largo tablón, en donde se encontraban los materiales para que siguiera adornando un cartel de egresados e hiciera cadenas de diversos colores, suspiro, tenía para el rato.

Inuyasha al ver que la azabache no se había dado cuenta de su presencia decidió abrir la puerta y fingir que acababa de entrar, con una sonrisa compuesta. El rechazo de su azabache a la comida del moreno lo había animado, pero solo un poco.

Kagome al escuchar la puerta cerrarse, levanto su mirada y entrecerró los ojos para poder ver la silueta en la oscuridad, pero no lograba distinguir, eso fue hasta que escuchó su voz.

-Cariiiiiñoooo – canturreo su apodo Inuyasha apareciendo de entre las sombras.

-Inuyasha...- murmuro Kagome con alegría mientras una sonrisa con dientes aparecía en su rostro, sus ojos destellaban felicidad al verlo. Troto hasta él y lo abrazó – Inuyasha – volvió a repetir su nombre para ella misma al ver que era real – Te extrañe tanto – confesó abrazada a él, aspirando su varonil colonia.

-Y yo a ti, no te imaginas cuanto cariño – Inuyasha la apretó a él, sintiéndose completamente aliviado por la actitud de su azabache con él.

ʏ ʟʟᴇɢᴀꜱᴛᴇ ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora