Capitulo 7

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Lauren.

Miraba los planos que el arquitecto me había entregado viendo como la obra iba tal cual lo habíamos planeado con la constructora, todo en perfecto estado y mis trabajadores haciéndolo de manera excelente con responsable. Ese lado de mi vida era el mejor, no habían mayores problemas y si llegaban haberlos no me estresaba porque siempre encontraba la manera de darle una buena solución a todo eso, además de que amaba lo que hacía, era algo totalmente diferente a lo que una mujer puede hacer, de hecho al principio hubieron demasiados prejuicios sobre mi trabajo pero les cambié la opinión a todos con los resultados que mi empresa daba, con ayuda de papá que había trabajado en esto durante toda su vida logré seguir con esta empresa que a mi mando había crecido bastante, siendo reconocida no la más importante pero si había ganado buenos proyectos que dejaban bastante dinero al menos lo razonable. Habían pasado dos semanas desde que mis amigos anunciaron sus razones de felicidad y bueno todo estaba igual que siempre, yo seguía con mi vida pero me había puesto un plan de no seguir sufriendo por lo que fue y por lo que no será, sino por aceptar mi realidad y verle el lado positivo a cómo vivía, no tenía que rendirle cuenta a nadie, podría estar con quien quería sin dar explicaciones, tenía tiempo de sobra para encontrarme a mi misma y esa era una manera de ser feliz no de la que esperaba pero me complacía, solo debía acostumbrarme a este estilo de vida y saber que de esta manera el destino había planeado mi vida, estaba bien. Esas dos semanas me había aferrado a la idea de vivir así, que estaba bien y que no iba a pasar nada malo, que no tenía porque seguir torturándome por lo que no fue y pensar más en lo que va a hacer de mi vida, mi trabajo y mi futuro en solitario, quizás en unos años más aparezca alguien en mi vida quien me acompañe, uno nunca sabe lo que el futuro tiene preparado para nosotros y quizás el mío era mejor de lo que pensaba.

Mensaje de Camila Cabello: *Nota de voz* Tia Lauren, soy Theo... quería pedirte un favor, es que se me acabaron las galletas Oreo pero mamá no me quiere comprar más, yo solo quiero una galleta porque me gusta mucho, además te extraño mucho, ven a verme y jugar conmigo tía Lauren.

Termine de escuchar el Whatsapp sintiendo mi corazón apretarse por un momento, amaba tanto ese Niño que haría todo lo posible por verlo feliz a pesar de todo, a pesar de lo que sucedió en el pasado, él era hijo de Harry con Camila, pero aún así lo amaba y tenía una conexión especial con el que nadie podía negar ni la misma Camila, a pesar de que evitaba lo más posible ir a su casa si Theo me lo pedía yo lo iba a hacer porque ese Niño tenía mi corazón más que controlado y no podía decirle que no en lo absoluto. Así que apenas salí de mi horario de trabajo a las seis de la tarde, cambiando la ropa de seguridad poniéndome mi ropa normal me fui directamente al supermercado comprando varias cajas de galletas oreos y yogurt con cereales listo al niño, además de fruta para compensar las oreo teniendo comida saludable para el, sabía que lo saludable para Camila era lo primordial luego de que tuvo un hijo y se me veía llegar con todas esas oreos lo más probables es que se molestara, la conocía tan bien, compartí toda mi infancia y adolescencia con ella, sabía lo que le molestaba y gustaba, sabia sus cambios de humor, la conocía demasiado que era una condena hacerlo pero estaba bien, ese día estaba bien mentalmente y no me iba echar a perder mi día por pensamientos innecesarios.

Llegue a casa de los Miller Cabello apenas toque el timbre Theo llego corriendo abrirme con sus ojos abiertos llenos de emoción mientras que Camila me miraba confundida sin comprender la razón por la que estaba en su casa un día de semana, más si no había avisado. Theo me abrazo fuertemente tomando mi mano haciéndome pasar, amaba sus ojos esmeralda que tenía, parecido a los de su papá, además de que su sonrisa era hermosa él era un niño hermoso por donde lo miraban, inteligente y extrovertido, insistía en decir que lo quería mucho y que haría todo por verlo feliz. Pero aún más maravilloso fue ver su amplia sonrisa cuando le pase las cajas de galletas Oreo de naranja junto con las otras cosas que le compré dándome besos sonoros en la mejilla y abrazándome fuertemente ante la mirada atenta de Camila que no decía nada Parada contra el mesón de la cocina.

Secretos entre nosotros, Camren. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora