Camila.
La presión en mi pecho era enorme, no era capaz de bajarme el vehículo porque todo de mi me decía que debía devolverme con Lauren. La lluvia se dejaba caer con fuerza y se que era sumamente peligroso volver donde ella, el camino no estaría bueno por la intensidad de la lluvia más si era de noche. Pero era quedarme aquí o arriesgarme e ir con ella... ¿cuantas veces Lauren no hizo lo mismo por mi? No podía dejarla, no cuando todo mi interior gritaba que volviera con ella, no la podía dejar sola ahora, no podía entrar a casa no cuando ella estaba tan extraña.
No era mi Lauren, la mujer extrovertida, alegre que siempre buscaba hacerme reír, bromear, decir las cosas sin pensarla... no era ella esa noche, sino alguien que pedía a gritos que me quedara, que no me fuera como tantas veces. Necesitaba volver con ella sin importar nada más, quedarme a su lado y saber que le sucedía, abrazarla y suplicarle que me perdonara, pero antes que eso, quería que sus ojos volvieran a brillar una vez más, ella debía estar bien, merecía ser feliz, merecía encontrar a alguien que la amara y no la dañara, no le ocultara una verdad tan Grande como la que yo le hice.
Pero ahora no podía quedarme de brazos cruzados, debía ir por ella sin importar nada más. Puse en marcha el auto otra vez, saliendo de mi casa. La lluvia era tan fuerte que a pesar de tener a máxima velocidad el limpia para brisas me costaba mirar, más si era de noche, no iba rápido y las manos me temblaban a medida que conducía a casa de Lauren, con ayuda del GPS me guiaba, a lo lejos observaba las luces de algunos autos. Era una mierda conducir a estas horas, hasta que llegue a casa de Lauren, baje del auto sintiendo el agua empaparme, y algo de viento corría. No era una buena noche para salir a caminar, llegue a la puerta de Lauren tocando el timbre.
Mi corazón estaba acelerado y cada segundo se hacía eterno, el frío me golpeaba el cuerpo mientras que la lluvia no dejaba, y no me llegaba porque había un pequeño techo en la entrada, esto no era cliché en lo absoluto. La tormenta debió empezar antes cuando Lauren debió haberme dejado quedar con ella pero todo me sale mal, y yo sigo siendo una tonta.
-Vamos Lauren... ábreme...- supliqué a mis adentros, volviendo a tocar el timbre una vez más.
Pero nada sucedía, nadie abría y las luces estaban prendidas.
-¡Lauren ábreme!.- exclame fuertemente, golpeando la puerta y tocando el timbre al mismo tiempo.
Me tenía que abrir por cansancio.
No abrió, pasaron cinco minutos y Lauren no me abría la puerta, la preocupación comenzó aumentar más. Tanto que comencé a desesperarme, sigue tocando la puerta con fuerza, el timbre intentando que ella me abriera, la llamaba a gritos pero Lauren no abría... necesitaba verla. Si algo le sucedió por mi culpa no lo iba a soportar, no iba a aguantarlo por nada del mundo... iba a ser mucho para mi en estos momentos. Mi corazón iba a mil por hora y mi mano no se detenía de golpear su puerta, mire hacia los lados buscando la manera de entrar, el frío se hacía más intenso, incluso algunos truenos estaban cayendo con el ruido del relámpago, la lluvia no cesaba y la angustia me estaba matando de a poco... necesitaba saber si estaba bien, necesitaba ver su cara delante de mi, sus ojos hermosos que nuestros llevaban, su sonrisa, sus abrazos y la manera que me sentía entre ellos.
No me podía dejar...
Hasta que la puerta se abrió otra vez.
Nunca sentí tanto alivio en mi vida cuando la vi parada delante de mi por segunda vez en la noche. Su cabello húmedo, llevaba de nuevo pantalones negros con una camiseta limpia, estaba desaliñada y sus ojos estaban irritados, de seguro era por el shampoo.
-¿Que haces aquí de nuevo?,- pregunto.
Pero no le respondí, y me aferré a su cuerpo a pesar de que ella no lo quería así. Todo lo que pudo haber pasado por mi mente hace unos minutos comenzaba a dispersarse aliviándome completamente. Deje que mis manos vagaran por su espalda sintiendo su cuerpo temblar entre el mío, ella retrocedió unos pasos cerrando la puerta sin separarme de su cuerpo, aún sus brazos no estaban alrededor de mi, pero al menos los míos si y eso era suficiente para mi.
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Secretos entre nosotros, Camren.
FanfictionNo es nada oscuro, aquí no hay secuestros, ni robos de bebés, menos personas psicopatas con ganas de dañar a otras. Es una historia "normal" si se puede decir, con cosas ocultas que saldrán a la luz en su debido tiempo provocando una confusión grand...