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Estoy entrando a la cafetería donde trabaja, Andra. Ayer quedamos que vendría y bueno, también voy a esta hora porque es su hora de almuerzo y tenemos aproximadamente sesenta minutos para conversar o hacer otras cosas más interesantes.

Cosas que nos gustan a ambas.

—Amor, antes llegabas diez para las doce, ahora llegas cinco minutos tarde—reprocha ni bien me siento frente a ella.

—Lo siento Andra, me había quedado dormida. —justifico, pero es mentira. Me levanté temprano, solo que no tenía ganas de venir.

—Ayer mis padres me gritaron, mi madre me quería golpear y me dejaron encerrada en mi cuarto.

En este tiempo que he salido con ella, me he dado cuenta que es dura y le cuesta muchísimo mostrarse vulnerable. Y ahora que la escucho, no sé si está triste o enojada, no logro comprender su estado.

—¿y a dónde irías? —que no diga conmigo, por favor.

—contigo pues, si por ti hago esto. —¡Maldición!.

No, no debo permitir que viva conmigo. Si eso pasa no podré seguir viéndome con Tahiel. Ella me controlará, y además, se dará cuenta que tengo ropa de hombre allí y no creerá que es de Eme porque, si es inteligente y observadora, notará que no son gustos. Aunque no creo que se fije en esas cosas. Pero tampoco me arriegaré ni dejaré que esta relación vaya tan lejos.

—No, Andra, quédate donde tus padres. Mi departamento es pequeño y aparte...

—Solo di que no quieres que me vaya a vivir contigo y punto —me interrumpe hablando con desdén.

—No, no quiero —las palabras me salen automáticamente, y su expresión da a notar que no esperaba que fuera tan descortés. Está muy sorprendida, ¿en serio dije eso?. ¡Ok! Trataré de reponerlo—. Es que vivir conmigo es..., ahora va hacer difícil para ti. Quiero estabilizarme, tener un buen departamento y que vivamos cómodamente... ¿Si me entiendes, verdad?.

—No, a mi no me importaría dormir en donde sea con tal de estar contigo —sonrío para detener la mueca que casi hago ante lo cursi que sonó eso.

—Pero a mi sí, ¿tu crees que yo voy a permitir que vivas con privaciones?. Estoy segura de que en tu casa no pasarías por esto. Eres mi novia y quiero tratarte como lo mereces. ¡dime que lo entiendes por favor! —sonrío mentalmente. Me salió perfecto lo que dije.

Después de unos segundos por fin ella acepta.

¡Qué alivio! ¡gracias, Dios, gracias!

Estuvimos un rato besándonos, pero no pasaba de eso, ella no tenía ganas de otra cosa. Me fui un poco enojada de allí.

Kilian

Transcurrió un buen tiempo de esa vez que salí con Tanit. Esa noche no estaba en mi planes que acabe así; ella yéndose con otra y yo, solo y enojado porque me arruinaron la noche, por eso la seguí. Quiero que tenga confianza conmigo, y de esa manera, poder satisfacer nos cuando ambos queramos. Se ve que no es mujer de relaciones y me vendría bien andar con una así.

Seré sincero, no prendía llevarla a mi parque y ni siquiera sé porqué conduje hasta allá. No quería ir a un hotel.  Pero a pesar de no estar en mis planes, me agradó pasarla con ella ahí. Quería quedarme más tiempo pero tenía trabajo al día siguiente.

He estado trabajando todos estos días sin descanso. Toda esta rutina me tiene agotado, pero no puedo hacer nada, para mi padre soy una máquina que no merece descanso. Juro que hago de todo para que no se enoje conmigo, es muy hostil cuando sucede eso.

¿tú no sabes amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora