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De camino a mi departamento traté de calmarme, no me gusta estar inquieta y llena de odio. Cuando eso pasa trato de ignorarlo y por eso siento que nunca voy a mejorar.

Los problemas de la vida se enfrentan, es algo que siempre repito pero nunca pongo en práctica. Me siento mal al estar consciente de esto y no hacer nada por cambiar... Soy un desastre.

Al entrar a mi departamento, me sorprendo de ver a mi amigo sentado en mi mueble y todavía comiéndose un helado de chocolate..., que es para vender.

-Disculpa Tanit, pero demoraste mucho y tenía hambre -habla con la boca llena.

Yo no le presto atención. Sinceramente ahora por más que lo intente, no lograré estar consciente de nada. Solo quiero estar sola y tener mi mente ocupada.

-¿Te sucede algo?... ¿Tanit? -insiste.

-No -respondo, indiferente -. ¿te puedes ir? Quiero estar sola.

-Dime qué pasa. Sé cuando mientes -se queda en donde está y me mira impaciente.

Prefero callar y desviar mi mirada de la suya, y como no quiero quedarme parada como una estatua, mejor decido ir al refrigerador. Saco un helado de chocolate, se me antojó uno.

Mientras saboreaba el riquísimo helado, Eme no dejaba de verme esperando que respondiera. ¡Ok! No estoy de ánimo para escuchar sus incesantes preguntas o futuros reproches de mi amigo. Además confío en él.

-Andra me dio una cachetada -dije finalmente muy tranquila mientras cierro la puerta de la refri, camino dos pasos hasta llegar y sentarme en la mesa que está cerca de mí.

No responde enseguida, se toma su tiempo.

-¿Qué? -escucho sus pasos dirigirse hasta mí y veo de reojo que pone su helado en el filo de la mesa. Y prosigue-. Lo dices tan tranquila o ¿estas bromeando?.

Ignoro su pregunta y sigo comiendo mi helado. No entiendo mi reacción ni mi comportamientos, parezco una estúpida.

Eme al ver que no tenía intenciones de responderle, me quita mi helado y lo deja al lado del suyo.

Respiré muy profundo y le conté todo, solo omití el recuerdo.

-Aléjate de ella Tanit, no entiendo cómo no la terminaste allí mismo. No la quiero ver más cerca de ti-lo dice muy enojado y se acerca para sujetar mis manos- Termínala... Será tu primera relación que termines sin sentirte culpable.

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Kilian

-Mami, ¿porqué no deja a mi padre?.

Estoy en la sala de mi casa hablando con mi madre. Mi padre salió a trabajar ¡ya era hora!. Y mi prima en su cuarto, cambiándose para salir.

Soy consciente de que mi madre ama a mi padre y quizás hasta esté acostumbrada a él, pero no me parece justo todo lo que soporta.

-No es fácil, hijo. Yo amo a tu papá. Tu abuela siempre repetía que debo estar con mi futuro marido ante cualquier situación. Los dos cometimos errores, hijo. Yo estoy muy acostumbrada a tu padre, no lo puedo dejar después de tantos años juntos.

Para mí es muy difícil entenderla. Hoy en día nos alejamos por cualquier tontería.

-No la entiendo madre, usted mismo ve cómo mi padre me humilla y sin ninguna razón -ignoro que desvía su mirada al yo decir aquello-. Usted dice que me ama, ¡Vale!. Pues yo creo que es porque soy su único hijo, pero... no lo demuestra. Si yo tuviera mis hijos, sería todo lo contrario a lo que mi padre es.

Y lo digo en serio. Yo si fuera padre, amaría y cuidaría mucho a mis hijos, y principalmente no dejaría que nadie los humille.

-¿Piensas que no me duele ver cómo tu padre te trata? Me duele, pero no quiero enfrentarme a él. Quiero vivir tranquila.

¿tú no sabes amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora