SandriAgradecí telepática mente a Eme por este reto. Nunca imaginé que mi primo me iba a dejar hacer esto. Siempre quise hacer algo nuevo. Estoy cansada de estar encerrada en casa, soy joven y tengo que divertirme. De eso se trata la vida de pasarla de maravilla, sin cuestionar.
Me gusta que mi primo me cuide, pero a veces exagera. Ahora que lo pienso, ¿que música voy a bailar? Yo bailo a escondidas en mi cuarto y aprendí unos pasos muy extravagantes ¿bailo así?. Me vale los futuros sermones de mi primo. Es mi momento de brillar. Me trae mucha felicidad esto.
Me acerco a un señor que está uniformado de negro, supongo que debo hablar con él, es el único que esta cerca de la tarima.
—Disculpe, ¿con quién hablo para poder bailar en esa tarima?.
—$50 si bailas con ropa y $250 si te quedas en interior. No puedes quedarte desnuda. Es una regla, igual con el antifaz.
Cuando escucho su voz, pienso que es un robot, me da miedo. Acepto. No creí que pagaban por hacer lo que a uno le gusta.
—¿silla? ¿bailar en barra? ¿acompañante? ¿decisión propia? Y música.
Este señor me intimida, su voz es muy gruesa. Pienso por un rato y al final elijo; silla y la canción de Had some drinks de Two feet.
Subo por una pequeña escalera negra y espero instrucciones.
Siento muchos nervios, estoy temblado, creo que mi corazón se va a salir ¡cálmate, Sandri! Esto es lo que querías ¿no?. ¡Vamos respira!.
Hacen una seña para que entre y me coloco el antifaz, las luces se apagan.
Y en... 3... 2... 1... Suena la música.
Camino muy dudosa por la tarima. Mis nervios están a mil y lo que sigue, me siento más chiquita de lo que ya soy. Pero no me voy a dejar dominar por mis nervios. Entonces doy pasos muy lentamente hasta quedar frente a la silla, muevo mi cadera de un lado a otro hasta sentir que mi nerviosismo se aleje de mi cuerpo por completo y cuando suena más fuerte la música, por puro impulso, empujo la silla hacia un costado y me arrodillo apoyando mis manos en el frío escenario.
Muevo mi cabeza haciendo que mi cabello se desordene y de a poco me voy poniendo de pie mientras voy tocando mi cuerpo al son de la música. Luego doy vuelta enseñando mi espalda, sitúo mis manos cerca de mi vientre y las bajo lentamente hasta tocar mis pies.
Subo de golpe todo mi cuerpo y traigo la silla de vuelta, pongo mi pierna izquierda encima de esta y meneo mi cadera un poco más rápido mientras juego con mis manos. Tengo muchas ganas de quitarme la ropa, estando aquí se siente mucha adrenalina y me impulsa hacer cualquier tontería. El calor del momento lo amerita... No observo a nadie y me atrevo a quitar la parka negra que llevo puesta.
Escucho varios gritos y silbidos. Ellos gritan por mi, les gusta lo que hago, es maravilloso esto. Me siento feliz, muy feliz. Tiro la parka muy lejos de mí y sigo moviendo todo mi cuerpo imaginando cuando bailaba en mi cuarto a todo volumen. La ropa me molesta, y no me importa nada ni nadie. Un gran impulso me recorre por todo el cuerpo y me quito mi blusa blanca lentamente, quedándome en sostén. Estoy tan concentrada tarareando el sonido de la música, que no escucho que la gente comienza a gritar de otra manera, unos brazos fuertes me agarran del brazo y me llevan fuera de la tarima.
Toda esa felicidad y adrenalina se van de mi cuerpo al ver que mi primo esta furioso, me tira la blusa y cae en mis manos, me la pongo de vuelta. Busco mi parka por todos lados y me doy cuenta que él la tiene sobre su hombro.
—¿en qué estabas pensando, Sandri? Era bailar, no desnudarse. Vámonos ahora mismo de aquí.
A lo que bajamos por esas escaleras me suelto de mi primo y voy donde está el señor con voz de robot, le devuelvo el antifaz y él me da a cambio $150 dólares.
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¿tú no sabes amar?
RomantiekAlgunos dicen que "no hay nada como conocer a una persona con tus mismos gustos". Otros dicen que "dos polos opuestos se atraen" pero... ¿que prefieres tú? Esta es la historia de Tanit y Kilian...