Magnus sintió sus ojos pesados, la poca luz que lo rodeaba le molestaba, pero no fue hasta sentir algo sumamente cálido en sus manos.
—Hola...—Magnus sabía perfectamente de quien era esa voz, así que como pudo, buscó la dulce mirada de Alexander, esos suaves ojos azules, que las últimas semanas habían sido su lugar de paz, su lugar seguro, estaban simplemente rojos, opacos, parecían lejanos.
—¿Estás triste? — Magnus preguntó, dejó salir esas palabras, sintiendo entonces el nudo creciendo en su garganta, los recuerdos, las imágenes llegaron de golpe a su cabeza, mientras sus manos viajaban a su vientre, alejándose entonces de la de Alexander y girando la cabeza. — Vete...
—Mags, amor no pasa nada...
—Vete, largo, salte, vete, vete...— La maquina que monitoreaba los signos vitales de Magnus, comenzó a sonar, justo en el momento que una chica con una bata entraba pidiéndole salir.
—Pero, Magnus...
—Alexander...— La mujer le habló, tomando sus manos. — Sé que estás asustado, pero Magnus debe estar tranquilo, déjame calmarlo para que puedas volver a entrar.
Cat cerró la puerta y caminó hacia Magnus, quien sollozaba, dejando las lágrimas correr libremente por sus mejillas.
—Mi niño...— Cat siempre había sido madre con Magnus, por eso, cuando la joven dejó de lado su faceta médica, para dejar salir a esa mujer con la que el moreno había crecido, por lo que, los brazos de at rodearon al moreno, esperando contener todo ese dolor que estaba creciendo en su pecho.
Alexander se había dejado caer en una de las sillas en la sala de espera, donde sintió el peso de sus hombros alejarse poco a poco, cerró los ojos, sus manos temblaban, estaba asustado, cuando la llamada de Jace había llegado, simplemente sintió que su mundo se destrozaba.
Alexander sentía que el mundo, que todo a su alrededor temblaba, sentía que todo a su alrededor estaba simplemente destrozándose a pedazos, no entendía muy bien que estaba pasando, no entendía que hacía Jace con Magnus, no entendía quien era la chica que le había hablado luego, pero por sobre todo, no era capaz de superar la imagen mental que estaba teniendo, la imagen de Magnus desangrándose, manchando su ropa de sangre, la imagen de Magnus perdiendo a su hijo.
No supo bien como, pero había llegado al hospital, cuando las manos de una joven tomaron las suyas. —¿Alec? —Los azules ojos del joven se concentraron en la pelirroja. —Jace te espera, ya ingresaron a Mags.
No tuvo tiempo para decir nada, solo atinó a seguir a la joven, hasta que su mirada se encontró con la de Jace y con esa terrible imagen que tanto miedo le causaba, una gran mancha de sangre en la camiseta del rubio.
—Jace...
—Se llevaron a Magnus, tuvo un sangrado, creen que puede estar sufriendo un aborto espontaneo...
El nudo en la garganta de Alexander pareció cortarle la respiración, podía jurar que sus piernas le fallaban, que ya no eran capaz de sostenerlas, por eso, agradeció al sentir las manos del rubio llevándolo a un asiento.
Los médicos se habían acercado a Alexander, para explicar la condición de Magnus, quien ya estaba estable.
—No hubo una gran perdida de sangre, su presión de golpe y al parecer está viviendo situaciones de estrés...
Alexander sentía que todo estaba pasando tremendamente lejos de él, sabía que el médico estaba explicándole la situación en palabras que deberían ser comprensibles para él, pero en realidad, todo parecía ser disfuncional en su mente, ilógico, todo era una pesadilla, una horrible y dolorosa pesadilla de la que no podía despertar.
—¿Alexander, verdad? —Alec levantó la cabeza cuando la joven se le acercó, no le costó reconocer a la joven que antes había estado con Magnus, era una de las amigas del moreno. —Soy Catarina, trabajo en el hospital, Mags está bien, debes calmarte.
—¿Puedo verlo?
—Puedes, aunque no ha despertado...
Alexander se había levantado, siguiendo a la joven.
—¿Hermano? — Alexander abrió los ojos, encontrándose con la mirada de Jace.
—Magnus despertó, pero no me quiere dentro, me pidió que saliera, no quiero que se sienta mal, no quiero torturarlo más...— Los ojos de Alec se cristalizaron. — Por el ángel, tengo tanto miedo, tenía tanto miedo cuando me llamaste, no entiendo que está pasando...
—Magnus fue al teatro. —Alexander miró a la joven que antes le había ayudado a llegar hasta la habitación del moreno.
—Magnus era el bailarín principal, pero al parece no ha podido seguir bailando por lo que lo reemplazaron...
Alexander hacía muecas, pero en realidad no comprendía lo que estaba pasando, luego de unos minutos le pidió a Jace que fuese a casa y que avisará a los demás, la verdad es que ahora necesitarían mucho apoyo.
—Alexander...
La voz de Cat lo hizo salir de su ensoñación, caminó hasta la puerta del cuarto de Magnus. —¿Cómo sigue?
—Está muy triste, pero ya quiere que entres...
Alexander asintió, caminó lentamente, notando el cuerpo de Magnus, inmóvil sobre la cama, con la mirada perdida en alguna parte de la habitación.
—Mags...
—Lo siento tanto, lo siento tanto Alexander, lo siento tanto, no quería que esto pasara, yo no quería, no quería que pasaras por esto, no quería que le pasara esto él...—llevó sus manos a su vientre, pero se detuvo antes de si quiera rozarlo. — Yo no quería, yo no...
—Hey, Hey...— Alexander se acercó, tomó las manos del moreno con una de las suyas y con la otra quitó las lágrimas que corrían por las mejillas de Magnus. —esta bien Magnus, jamás te culparía, sé que esto no es algo que pudiese desear...
—Pero sufrió...
—Pero está bien...— Alec llevó las manos de Magnus a su vientre, entre las propias, de forma suave, delicada, como si el moreno pudiese quebrarse. — Nuestro porotito sigue aquí, nuestro bebé crece en tú vientre, así que calma, calma...
Magnus quería tantas cosas y una de las que más deseaba en ese momento era que, sin importar quien fuera el padre de su bebé, este estuviese bien.

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Cheque en blanco
Fiksi PenggemarUna relación no podía formarse en base de mentiras, pero cuando la vida de un bebé está involucrada, Magnus le mentiría a quien fuese necesario. Alexander está perdido, ilusionado y enamorado de ese bailarín, quien ahora, simplemente lo convertiría...