Cheque en blanco

La verdad.

Disculpen la demora, espero que este capítulo cause el impacto que me causó escribirlo.

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Magnus respiraba profundamente, con las manos sobre su vientre, respirando de manera pausada, con los ojos cerrados, concentrándose en calmar el malestar que estaba sintiendo.

—¿Magnus? —El hombre rubio, que ahora sabía era el único amor de su padre biológico, lo miraba preocupado. — ¿Cómo te sientes? Deus llamó a un médico conocido, viene en camino para revisarte, quédate recostado. — Le tendió un vaso lleno un frío líquido, que dejaba escapar un dulce aroma. — es té endulzado con miel, te ayudará a calmarte. —el hombre se había acercado al moreno sonriendo.

—No quería ser una molestia...— Magnus sentía su voz rasposa, la conversación se había alargado bastante y cuando Asmodeus le contó lo de su madre, el moreno simplemente había sentido como todo a su alrededor se tornaba borroso y oscuro, recordó las últimas palabras

—Hablé con tu madre, le expliqué la situación con la esperanza de que comprendiera que mis padres me habían dejado en la calle, que no tenía dinero alguno, pero trabajaría para poder mantenerla junto al niño, que nada les faltaría, pero ella no lo comprendió.

—¿Qué quieres decir con que ya no tienes dinero? — La mujer estaba molesta, furiosa.

—Mi padre me sacó de su casa, me desheredo, por mi orientación sexual.

—¿Así que es verdad que en realidad te gustan las pollas? — La mujer se miró las uñas. — Si esperas que tenga el hijo de un anormal, estás equivocado, quiero el dinero, me haré un aborto.

—Espera, no te pido que lo abortes, yo puedo ahorrar, darles el dinero...— la mujer sonrió burlesca.

—Eres un idiota en creer que voy a llevar el hijo de alguien como tú, la única razón por la que me tomé el tiempo de que me dejaras embarazada es que tu padre me había prometido que me convertiría en tu esposa y que tendría acceso a ese dinero, pero con las cosas de esta manera, te aconsejo que juntes el dinero necesario, me haré un aborto.

—¿Magnus? —La voz de Alexander se escuchó lejana, antes de que todo a su alrededor se pusiese negro.

—No eres una molestia...— Raziel acarició la mejilla del joven, limpiando las gotas de sudor que había dejado una marca en las mejillas del moreno. — Eres el hijo de Deus, eres la viva imagen de él a esa edad y no puedo ni imaginar lo que debes haber vivido...

—¿Cómo puedes mirarme de esa forma? — el moreno notaba tantas cosas en la mirada del mayor, que simplemente se quedó en silencio tras pregunta, no quería sentirse odiado, se acaba de enterar que su madre lo había usado por dinero, de la misma forma en la que el estaba usando al pequeño bebé que crecía en su vientre.

—Ella cometió muchos errores, pero estás aquí, creciste y te convertiste en un hombre honorable, que ahora será padre. — posó sus manos sobre el redondo vientre, obviamente esperando que el otro moviese las manos, que lo alejara, pero Magnus no lo hizo en ningún momento, por lo que Raziel simplemente aprovechó el momento. — Este retoño tendrá nuevos abuelos, si nos permites formar parte de tu vida, Deus y yo no pudimos tener hijos, nunca pudimos adoptar, por eso, para nosotros sería maravilloso formar parte de su vida, si ustedes quisieran...

—Siempre pensé que amaría tener un padre, pero quizá podría tener dos...— Las manos de Magnus afirmaron las de Asmodeus y ambos sonrieron, con lágrimas en los ojos.

Por otro lado, la conversación en la sala seguía siendo un poco incomoda. — Me alegra encontrar a mi hijo, de poder estar a su lado en todo este proceso, comprendo que ustedes tienen su vida arreglada, pero me encantaría formar parte de la vida de ambos y obviamente del bebé.

—Por mi no hay problema, la red de apoyo de Mags es bastante reducida, sé que los procesos del embarazo pueden complicar todo lo que está viviendo, pero deseo que el pueda contar con la gente necesaria en todo momento, más cuando tantas verdades están saliendo a la luz.

Asmodeus miró al joven, por lo que sus palabras le decían, Alexander estaba ocultando más cosas de las que Magnus creía que sabía. — Presiento que hay muchas cosas de las que debo estar enterado si quiero apoyar a Magnus y a su hijo.

—Las cosas son difíciles con Magnus, es decir, el proceso de su embarazo lo tiene al límite, los desmayos y las descompensaciones, lo tienen delicado, me preocupa tanto que las verdades terminen haciendo más daño que bien a su salud, todo se ha ido destapando en estos meses y me preocupa que las cosas que Magnus ocultan lleguen a superarlo, que lo hagan llegar a ese limite que parece que no conoce, el de verdad es fuerte, es un bailarín de clase mundial, pero sus sentimientos, su forma de enfrentar las cosas, son difíciles de comprender, difíciles de aceptar, si el mismo no es capaz de aceptarlas.

Asmodeus lo miró con un gesto de duda en el rostro, esperando que Alexander le diera un indicio de lo que quería decir, el de ojos claro suspiró y liberó lo que llevaba meses sabiendo.

—El hijo que estamos esperando, no es mi hijo. — Asmodeus no dijo nada, se contuvo esperando que el joven agregase algo más. —Magnus estaba embarazado cuando comenzamos a salir, Magnus me dijo que era mi bebé, pero sé que eso es una mentira.