Confuso.

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Será un poco corto, lo lamento....



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Alec estaba a su lado, Magnus lo sabía, se había dado cuenta al abrir los ojos y sentir su mano rodeada fuertemente.

El moreno estaba realmente mareado, le era casi imposible enfocar la vista, pero estaba seguro o por lo menos, lo suficientemente seguro, para saber que el pequeño polizonte en sus entrañas había terminado haciendo de las suyas y se había hecho notar en el peor de los momentos, cuando todo su plan de darle un buen padre se había terminado marchando al carajo

—¿Mags? —La voz de Alexander lo hacía sentir tranquilo y el saber que el calor que ahora tenía a su alrededor provenía, nada más y nada menos que al joven de ojos azules. —Tranquilo, llamé a mi hermano y te llevaremos al hospital, solo debes mantenerte recostado.

—No...—la voz del moreno se escuchaba rasposa.

—No te esfuerces, esperemos a mi hermano...

—No es necesario, estoy bien, es normal.

—Normal, Magnus no es normal desmayarte así, te llevaré a un hospital ahora, no importas si quieres dejarme, lo primero es tú salud.

Magnus sintió sus ojos llenarse de lágrimas, Alexander era una buena persona, alguien amable que realmente merecía lo mejor, llevó las manos a su vientre, con miedo, no podía dejar a su hijo a la deriva y por ahora no tenía nada que darle, nadie en quien apoyarse, aprovecharse de él buen corazón de Alexander y del amor que le tenía no era correcto, debía decir la verdad, debía por sobre todo, se honesto, aunque eso le significaba perder una oportunidad.

—Es normal en mi condición Alexander, quita esa cara. — Magnus levantó una de sus manos y acarició el rostro del otro.

—¿Condición? — Alexander no comprendía las palabras del otro, pero simplemente miró la mano de Magnus, recargada sobre su vientre. — Magnus...

—Debí decírtelo, sé que actué mal, pero realmente no quería lastimarte, me sentía acorralado, lamento si esto te hace sufrir, prometo que me alejaré, yo me haré cargo de mi estupidez...

—Magnus, estás...

—Si...—Magnus sonrió, sintiendo como los ojos se le llenaban de lágrimas, sus hormonas estaban haciendo de las suyas, era más que obvio, pero simplemente dejó las saladas gotas bajar por su rostro, ya no valía la pena contenerse. —Este polizonte hace de las suyas últimamente, pero no quiero que te preocupes por esto, quiero que entiendas, yo estaré bien, estaremos bien, creo que tendré tiempo para acostumbrarme y para bueno, ver qué puedo hacer con él, lamento si esto pudo causarte algún tipo de molestia y si el enterarte ahora te incomoda, pero jamás quise engañarte, solo me sentía desesperado, lo lamento...—el moreno sonrió de manera amarga, pero logró que el otro le permitiese sentarse, encontrándose entonces con la mirada de Alexander, con una mirada profunda, que simplemente lo hizo estremecer.

—Mags, precioso, no tienes nada que lamentar, nada, esto es lo más maravilloso que pudiste decirme, vamos a ser padres, me darás un hijo Mags, eso es maravilloso...—Los ojos de Alexander estaban anegados por las lágrimas y la sonrisa en su rostro parecía ser la más grande que Magnus nunca había visto.

—Alexander no estás...

—¿Alec? ¿Hermano? ¿Qué está pasando? —Jace miraba la escena en silencio, preocupado por las lágrimas de su hermano.

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