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Caos.

Así mismo, por separados.
Después de todo, en algún momento
perderíamos el rumbo que llevábamos.

Me junté para salvar tus piezas rotas
y así mismo, tuve que quedarme limpiando
el cuarto después de la fiesta
para poder salvar las mías.

Me tocó tratar de curarme el alma solo,
sabía que tú medicina
igual iba a matarme,
que eras la glucosa
y no la insulina que decías inyectarme.

Eras el infierno
que me quemaba los labios
pero yo no quería el paraíso tierno
del que tanto hablaban los sabios.

Eras el mismo desastre
en diferente desorden,
eras el mismo caos en otra ruina.

Roma. © II EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora