015

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015.

Café.

¿Recuerdas cuando estábamos ahí sentados
disfrutando de nuestro primer café juntos?

Te encantaba, y yo aborrecía el café,
Después de todo el vicio era por ti,
Mi vicio eras tú,
no el sabor amargo
perderse entre mi lengua y mi tráquea.

Mi vicio era tu olor;
Tu sabor y el movimiento de tus labios.

Tu voz, Roma;
Me mandaba directo a la ruina,
Me llevaba a un caos que se alojaba
en el interior de tu destrucción.

Me robaba la paz,
pero era como si después de todo,
yo solo quisiera estar en guerra.

Prefiero ir a fuego contigo que morir
sin intentar ganarte, sin intentar tenerte.

Pero puedo morir ahogado
con saber que fuiste tú quien robó
mi último aliento
y se llevó consigo el último atisbo
De vida que me quedaba.

Roma. © II EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora