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Sonrisas rotas.

Hacías que mi mundo fuera hermoso,
Dentro de lo que yo había imaginado;
Pintabas en mi rostro esa sonrisa
de enamorado,
que podía compararlo
con todo aquello bonito
que la vida nos regala de vez en cuando,
si nos portamos bien.

Que solo se fue cuando supe que ya no podía tenerte.

Y yo que comenzaba a pensar
que me había portado bien
y que había sido un buen chico,
no merezco irme adormir llorando
por las noches sin saber qué fue lo que hice mal.

Entonces entendí que después de todo,
la vida nunca nos regala nada;
la muy hija de perra
sabe darte donde más te duele
y hacerte llorar quitándote el único
motivo de tus sonrisas.

Pero la vida solo regala sonrisas rotas
y lágrimas caídas;
solo regala flores muertas
cuando estamos vivos
y al morir las más bonitas.

Espero que cuando me traigas
flores no sea tarde, Roma.

Espero que nunca sea tarde
para nuestra pronta ruina.

Roma. © II EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora