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Libreta.

Es curioso, no puedo sentirte rencor;
no poder odiarte y arrancarte
alarga la amargura de mi corazón.

No puedo olvidar tus suaves manos,
cada línea marcada entre ellas;
tus dedos frágiles,
entrelazados con los míos
a la perfección mientras caminábamos
de noche en la avenida,
riendo de cosas sin sentido
bajo efectos del alcohol y sus bebidas

No puedo olvidar como te veía a escondidas,
sin que supieras,
a lo lejos te observaba
distraída mientras ojeabas tu libreta.

Roma, ¿Que tanto escribías?

Y ahí estabas, hermosa, tu cabello negro,
al mismo camino del viento,
tu cabeza entre tus rodillas.

Ah, y tus auriculares.

Nada de eso hubiera podido faltar jamás.

N/A: Gracias por todo, los amo. Este capítulo va dedicado a una lectora hermosa, gracias por el apoyo Winny26

Roma. © II EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora